Llegó la hora de elegir al presidente
Falta pocos días de
celebrarse el evento más importante para todos los peruanos, en la cual
elegiremos al presidente o presidenta, seremos más de 32 millones de peruanos
que depositaremos los destinos de nuestras generaciones, a quien no solo pueda
cambiar el estado de cosas, sino esencialmente de la política económica y
legal.
Al cierre de la presente
edición, se ha emitido las últimas encuestas en la que las estadísticas nos
muestran que hay grandes probabilidades de tener una segunda vuelta
presidencial histórica, y quizás, doblemente histórica, por ello llamamos a la
conciencia de todos los peruanos de los hombres y mujeres del campo y la ciudad,
para que el 10 de abril emitan su voto consciente y luego más tarde no culpen
que una vez más los volvieron a traicionar.
En política nada es
casual ni gratuito, y cuando empezó la carrera electoral presidencial en
octubre del 2015, pocos creían que la izquierda podría alcanzar por lo menos el
2%. Mientras la derecha peruana y los medios de comunicación monopólicos se burlen
de lado a lado porque no existía un candidato o candidata presidencial que
plantee el cambio del modelo, en nuestros editoriales apostamos que dé a pocos
saldríamos a la luz.
Mientras la derecha en el
CADE 2015 invitaba a los presuntos candidatos realmente presidenciales,
nosotros reforzamos la idea estratégica que la izquierda avanzaría, hoy 2 de
abril del 2016 y a 6 días de las elecciones presidenciales, la derecha peruana
empezó a temblar porque ahora existe las grandes posibilidades que se suscite
una segunda vuelta entre aquellos que insisten en mantener el modelo económico
neoliberal, frente a una candidata que plantea cambiarlo por un modelo más
justo y solidario.
Las estadísticas
nacionales de las diferentes encuestas remiten que habrá de todas maneras una
segunda vuelta presidencial, y estas de seguro, serán doblemente históricas.
Una segunda vuelta que
probablemente sea entre dos mujeres que se diferencian desde la base de la
vida; porque una mujer que hoy lidera las encuestas presidenciales representa
al pasado, a la dictadura, a la corrupción, a las esterilizaciones forzadas, a los
secuestros, torturas, al recorte de la libertad de expresión, aquella mujer que
está por encima del 35% representa a lo intolerante de la ética de la persona
de haber permitido que torturen a su madre y ocupe el lugar de su madre, y que
en lo más grave de la desfachatez, en las elecciones presidenciales del 2011
utilizó a su madrasta pero que en estas elecciones del 2016 utiliza a su progenitora
sin descaro alguno. Esa mujer chinita en su esencia representa a la derecha
peruana y a los grupos del poder económico quienes a todas luces quieren
continuar viviendo a costa de los millones de peruanos, aplicándonos el modelo
económico neoliberal asfixiante con una Constitución Política al corte del
bienestar de los consorcios y transnacionales económicas, que permitió el
despido de millones de peruanos de su puesto de trabajo y asesinaron a quienes
se oponían a su siniestra política.
En la otra ladera se encuentra
la otra mujer, la que se identifica con los sectores populares, que trae la esperanza
del cambio del modelo imperante, esa mujer en que muchos no creían, trae el mensaje
programático que si es posible cambiar la economía neoliberal y plasmar una
economía más humana, redistributiva, donde las transnacionales paguen sus
reales impuestos y no se lleven nuestros recursos sin que nadie les pueda poner
un alto. Aquella mujer de la izquierda hoy nos dice que si se puede cambiar la Constitución
para gobernar para los de abajo y aplicar la ley a todos por igual.
Existen grandes
probabilidades que tendremos una segunda vuelta presidencial histórica por dos
razones; una de forma porque las dos serán mujeres, Keiko Fujimori y Veronika Mendoza;
y la otra de fondo, porque Keiko representa a la derecha, a los grupos de
poder, al neoliberalismo y la vieja Constitución, mientras que Veronika Mendoza
representa a la izquierda, a las grandes mayorías, al cambio de modelo
económico y hacer una nueva Constitución con letra de la realidad peruana y
ajustada a las necesidades de nuestra nación.
Esperamos celebrar el 10
de abril unas elecciones presidenciales y congresales donde los peruanos elegimos
responsablemente pensando en el futuro, y de las futuras generaciones, por
mejor salud, educación, infraestructura, trabajo, y con una ley donde se mida
lo ancho y lo angosto para todos y todas.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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