Quién ordenó el espionaje
Al
finalizar la segunda semana de enero, se tomó de conocimiento que Del Castillo
e Hidalgo no fueron los únicos espiados, por el contrario apareciendo nuevos
nombres; el espionaje a la Congresista Natali Condori de la bancada Dignidad y
Democracia y Cecilia Tay de la bancada Fuerza Popular. Estos destapes
explotaron al hacerse público la denuncia periodística que la Vice Presidenta
de la República, Marisol Espinosa, también fue espiada.
¿Fueron
los únicos congresistas espiados?, ¿qué intereses se juegan dentro el
nacionalismo? y la pregunta del millón, ¿quién ordenó el espionaje a políticos
de oposición, congresistas, y hasta a los propios nacionalistas?
Se incrementa la
lista negra del espionaje
Nuestro
medio periodístico en contacto con una fuente cercana a la mesa directiva del
Congreso, señala que el seguimiento a congresistas de la república asciende a
43 parlamentarios, la mayoría de oposición; también se efectuó el reglaje al ex
fiscal de la Nación Carlos Ramos Heredia, al ex procurador anticorrupción
Cristian Salas, a los periodistas Cesar Hidelbrant, Rosa María Palacios,
Patricia del Rio, entre otros.
En
la nómina del reglaje se encuentran los congresistas de Arequipa, Juan Carlos
Eguren, Gustavo Rondón, Justiniano Apaza (de quien se dice que en junio del
2013 sostuvo reuniones con tres congresistas disidentes y dirigentes de la
CGTP), también reglaron al Congresista Marco Falconí y Tomas Zamudio; de ahí
que se entiende la publicación del diario Correo, arremetiendo contra tres
congresistas arequipeños en agosto del 2014.
Otros
congresistas espiados por miembros de la DINI fueron, Ester Saavedra, Juan
Pari, Yony Lezcano, Héctor Becerril, Juan Díaz Dios, Marisol Pérez Tello, Luis
Galarreta, Luz Salgado, Sergio Tejada, Yehude Simo, Daniel Mora, José León,
Carlos Bruce, Lourdes Alcorta, Ángel Neyra, Kenji Fujimori, Luisa María
Cuculiza, Julio Gago, Leyla Chihuan, Martha Chávez, Humberto Lay, Javier
Bedoya, Luis Ibérico, entre otros.
Las órdenes
salieron desde el Congreso de la República
Nuestra
fuente revela que estas prácticas de seguimiento empezaron desde fines del
2012, cuando se vociferaba que algunos congresistas del nacionalismo estaban
opuestos a la política de la pareja presidencial; es decir, primero se empezó a
espiar a congresistas del nacionalismo. En Junio del 2014 a raíz de la crisis
política del partido nacionalista y elección de la mesa directiva del Congreso
(2014-2015), conllevó a que el reglaje se extendiera a los de oposición quienes
en el paso se fueron encontrando empresarios, estos últimos cayeron por
casualidad porque no eran el objetivo del espionaje ordenado desde el Congreso.
Ante
el espionaje rebelado al ex Ministro de Interior Fernando Rospigliosi, -de
acuerdo a lo expresado por la Congresista y ex integrante de la Comisión de
Inteligencia, Lourdes Alcorta-, esta comisión entonces presidida por Solórzano
no hizo nada. “Se pidió que se haga presente el entonces asesor presidencial
Adrián Villafuerte, pero jamás se permitió, se solicitó citar al director de la
DINI pero nunca sucedió, se visitaron las instalaciones de la DINI, pero no se
informó que se encontró, hechos que me llevaron a renunciar a la comisión”
expresó a un medio radial nacional la parlamentaria de la bancada Unión
Regional.
Hechos que generan
suspicacia en el Congreso
En
noviembre del 2014, la trabajadora parlamentaria del Congreso y ex de asesora
de Víctor Isla, Patricia Robinson, declaró al diario La República “el lunes
encontré los papeles de mi oficina revueltos, alguien había entrado y, por eso,
solicité, a través de la Oficialía Mayor, que se inicie una investigación”.
Luego
en su cuenta de Twitter (Patricia Robinson (@pruperu), el 13 de noviembre
escribió “Desde algún lugar del @congresoperu están chuponeando, hay ahí algún
despecho”, el 15 de noviembre volvió a escribir “Oh… coincidencia!, desde este
nuevo periodo anual de sesiones soy objeto de violación de mis comunicaciones,…”.
Ante estos hechos, a los días presentes no existe una conclusión porque esas
prácticas dentro del Congreso.
Otro
escándalo es el caso de la ex jefa de prensa del parlamento Vilma Escalante
Delgado, quien denunció que el 24 de diciembre la presidenta del Congreso, Ana
María Solórzano, la despidió injustamente, además reveló que cuando conversaba
con la presidenta del Congreso, en su mayoría de veces por el Wasapp, Solórzano
estaba pendiente de lo que hacía y decía ante la prensa Marisol Espinosa, al
punto que incluso pidió a la prensa del parlamento que cuando Marisol se
encargue de la presidencia de la república por la ausencia de Ollanta, y se
apersone al Congreso, se la debe tratar como Congresista y no como presidenta.
Un
dato a tomar en cuenta, es que la ex presidenta de la comisión de inteligencia
y hoy presidenta del Congreso, guarda amistad con el ex jefe de la DINI, el
capitán del ejército (r), Víctor Gómez Rodríguez, quien en octubre del 2014 se
reunión con el entonces director ejecutivo de la DINI, el capitán en situación
de retiro, Iván Kamisaki Sotomayor, quien es el jefe superior de los dos espías
que reglaban a la Vice presidenta de la república y Congresista, Marisol
Espinosa.
Esperanza
de investigación
Hoy
la comisión de inteligencia está en manos del Congresista nacionalista Cesar
Yrupailla, pero ¿convocarán a los directores de la DINI Y DIRIN?, ¿invitaran al
ex asesor presidencial, hoy en la sombra del poder, Adrián Villafuerte?,
¿citarán a la presidenta del Congreso para que explique a que conclusiones
llegaron en el espionaje a Rospigliosi?, ¿se atreverán a citar y preguntar a la
presidenta del Congreso por las denuncias de Patricia Robinson, Vilma Escalante
y su amistad con miembros de la DINI?
Un
reto que está por encima del poder ejecutivo, porque “aparentemente” las
órdenes se efectuaron desde el Congreso, contando con el apoyo de un ex asesor
presidencial.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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