EDITORIAL
Ollanta Humala traiciona a los
trabajadores
El
transcurso de la semana, a nivel nacional se ha podido percibir que, el
gobierno de Ollanta Humala Tasso ha dejado un sinsabor al movimiento social,
pues mil veces ha preferido abalar las acciones de la empresa privada,
esencialmente la minera, de este modo, dejando de lado a quienes le dieron el
respaldo para que llegue al gobierno, sillón presidencial del cual ahora
ostenta.
Si
bien es cierto que, la anterior gestión de Alan García Pérez dejó una bomba de
tiempo por la avalancha de la convulsión social a consecuencia de las promesas
no cumplidas y los compromisos no concretados, lo incuestionable también es,
que con la elección de Ollanta Humala se guardó una cierta esperanza que el
estado de cosas de nuestra sociedad peruana cambie de alguna manera.
Los
sucesos del proyecto de la minera Yanacocha, ha dejado dos lecciones hasta el
momento; de un lado, el pueblo una vez más está a punto de ser traicionado por
un gobierno que llegó al sillón presidencial, tomando las banderas de las
reivindicaciones sociales, y una vez instalado, se olvidan, pues quizás tengan
todos la misma consigna que, el pueblo solo sirve para ir a votar pero no para
gobernar.
Es
lamentable que al cierre de nuestra edición, el gobierno haya tomado la
decisión de perseguir judicialmente a los dirigentes de Cajamarca, que no hacen
más que defender los interés sociales de una población que pronto, vivirá en
los fondo de la contaminación, a su vez, atroz que se lo enjuicie al presidente
regional, y se le cierre las cuentas bancarias del gobierno regional de
Cajamarca, una respuesta que en sí, es represiva, actitud de todo gobierno
dictatorial.
Este
maniobrar, indudablemente nos hace recordar al ex presidente de Ecuador, Lucio
Gutiérrez, quien se levantó en armas (rebelión) contra un gobernante
democráticamente electo, que luego de ser apresado y liberado, fue candidato
presidencial, llegando a obtener el respaldo y apoyo de las organizaciones
sociales, esencialmente del movimiento indígena; una vez llegado al gobierno
Lucio Gutiérrez, este a los dos meses dolarizó la economía ecuatoriana, ante
ello, fue el mismo movimiento social quien se levantó y derrocó a un gobernante
llegado al sillón presidencial, se puso las banderas del gran poder económico.
Quiero
equivocarme, pero considero que si el presidente Ollanta Humala Tasso continua
con este accionar de represión en vez de perseverar en el diálogo y
concertación con el movimiento social como lo efectuó en campaña electoral,
vamos a terminar en una convulsión social y con ella, sepultada el proyecto de
los nacionalista de, mantenerse en el gobierno más de 10 años. Reza un viejo
adagio popular “El pueblo pone presidentes, pero también los saca del
gobierno”, ojala el presidente de turno, reflexione y vuelva al camino del cual
fue trazado antes de iniciada las campañas electorales del 2006 y 2011.
Nota.- Efectuar las disculpas del
caso, por los errores y vacíos que se suscitaron en la edición anterior.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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