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viernes, 30 de diciembre de 2016

A propósito de los paradigmas

A propósito de los paradigmas

Estos días estuve dando lectura a un libro que me parece de vital incidencia para la comprensión de la geopolítica Latinoamericana, hago referencia al libro titulado “Los Estados Desunidos de Latinoamérica” escrito por el periodista y analista internacional Andrés Oppenheimer. Pero en esta ocasión aun no haré comentario del libro en su magnitud que debiera, dado la importancia de un punto de transcendencia del cual deriva el título del presente artículo “A propósito de los paradigmas”

En la página 28, lleva el subtítulo 13 “La obsesión con el pasado”, en el párrafo 7 el ex presidente de Brasil Enrique Cardoso manifiesta “Perón, Bolívar, todos ellos eran gente que jugó un papel importantísimo en sus tiempos. Pero, por dios miremos para adelante”, Oppenheimer responde puntualizando “Estoy de acuerdo, es absurdo tomar como un dogma lo que decía Perón, quien murió antes de que se difundiera el internet, o Bolívar, que murió casi medio siglo antes de que se inventara el teléfono”. Estos análisis me han conllevado analizar la magnitud con la que debemos de tomar en consideración las acciones y aportes por quienes marcaron la historia, es decir, los paradigmas, quienes efectuaron transformaciones o reformas de Estados que envilecieron por su ausencia. En algunas ocasiones el hombre bajo parámetros un tanto mezquinos y otros sinceros, recurre al pasado y de esta manera retrae ideas de historia que para el autor del libro “Los Estados desunidos de Latinoamérica”, son cuentos, novelas trasnochadas y anticuadas a la actualidad, sin tomar en consideración que el Microsoft, la Cibernética, el Chip han sobrepasado las expectativas del hombre del siglo XX producto de las bases de la historia.

Creo pensar que, los puntos de vista de Enrique Cardoso y Andrés Oppenheimer parten de un escenario estrecho y determinado, en el contexto que si Eva Perón o Bolívar ya murieron, y volteemos la página y miremos solo para adelante, es bien en el sentido de la forma, pero no pertinente como fondo de explicación, de modo que no solo se trata de hombres que aportaron en su momento al desarrollo de una sociedad, sino que, esencialmente fueron hombres que contribuyeron un valioso tesoro que cambió el rumbo de la historia del mundo, y no es que caiga en el análisis personalista, ególatra o egocentrista, pero lo cierto es que, muchas de los cambios y transformaciones de la historia han dependido solo por el brillante desempeño e iniciativa de una persona y ejemplos tenemos a por doquier.

Los filósofos Heráclito y Platón (500 años antes de Cristo) plasmaron los pilares para el perfeccionamiento de dos corrientes filosóficas en el mundo, la materialista e idealista respectivamente, Isaac Newton asestó las bases con la ley de la relatividad, hoy hecho estudio científico; no se puede desmerecer los aportes de Carlos Marx con la teoría del capital, herramienta actual de todo economista internacional, como señalo el economista peruano Hernando de Soto “Las teorías aplicadas por Marx son inalcanzables a la actualidad” y es que gracias a dicha teoría, hoy el mundo es visto de ángulos diferenciados, la renta, el salario, la mercancía, el servicio. Pero sin ir muy atrás de la historia, en nuestros tiempos contamos con los contribuciones dados por el británico John Keynes (1883 - 1946), cuyas ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías económicas y políticas modernas, así como también en las políticas fiscales de muchos gobiernos, estrategias económicas que fueron tomadas en consideración en esta crisis mundial que repercutió en todas las economías, esencialmente en las emergentes, es menester valorar el aporte del estadounidense Bill Gates, cofundador de la empresa de software Microsoft, todos ellos y sus aportes son vigentes, y no es que se esté volviendo al pasado de las novelas y cuentos historiógrafos.

Consecuentemente, considero que el rol que les tocó asumir a los paradigmas mencionados y otros a considerar, no fueron ni serán absurdas o vagas, de modo que sirven como base de los próximos aportes valiosos que puedan efectuase, y ello no es caer en el error anticuado del pasado como puntualiza Andrés Oppenheimer y Enrique Cardoso.

Ahora con ello, no quiero dar a entender que hay que tomar las decisiones y definiciones en base a posturas ya determinadas por los paradigmas, pues de ninguna manera se plantea ello, dado que estamos en otros tiempos y nuevos vientos, los mismos que fueron como consecuencia de bases puestas por los hombres que si han girado la historia. Mirar atrás no es mirar dogmática y ortodoxamente, mirar con ojos de lince y actuar como mona, sino que, mirar el pasado implica actuar como el emprendedor de Apima (Arequipa), Gamarra (Lima) o de los miles de microempresarios que han sabido sobre salir en medio de las turbulencias competitivas excluyentes del modelo económico neoliberal.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista

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