¿Todos somos iguales ante la ley?
Lima-Perú.-
El martes 11
de octubre del presente año, tuve la oportunidad de participar del Fórum “Ley
de transparencia y acceso a la información pública” organizado por el Consejo
de la Prensa, evento llevado a cabo en las inmediaciones del Congreso de la
república, al cual participaron miembros del colegio de periodistas, el consejo
de la prensa, miembros del PNUD, el presidente del Congreso de la república,
Daniel Abugattás, el vice-presidente de la república del Perú, Omar Chehade, el
vice-ministro de justicia y los Congresista Justiniano Apaza, María del Carmen
Omonte de Dyer, en otros. En este evento, salió a relucir un tema espontaneó y
de vital envergadura que causó un intenso debate, “Los casos de difamación y calumnia
deberían ser casos penalizados o no para los hombres de prensa”
El debate se
puso acalorado y alzó revuelo, cuando hizo su intervención el vice- presidente
de la república del Perú, Omar Chehade, toda vez que manifestó que dichos
puntos no solo deben ser sancionados, sino penalizados, las cuales alcancen a
la pena privativa de la libertad, sustentando que, cuando se ejerce la
difamación y calumnia, está mellando la integrada física y moral de la persona
agraviada, con una moral tachable que causará perjuicios irreparables, por
haber efectuado el abuso a la libertad de expresión que ejercen los hombres de
prensa, para ello, intencionalmente, recurrió al recuentro de los programas
populares o chismografías, que no hacen más que denigrar el nivel cultural
peruano; lo cual, no estaba dentro de la agenda, pero claro, suponemos que lo
puntualizó a fin de bajar el calor que se estaba perturbando en esos momentos.
Frente a dicha
postura y al momento de la intervención de Miro Quesada, miembro del consorcio
El Comercio, señalo que, “Si bien algunos hombres de prensa ejercen su derecho
a la libertad de expresión, es bien cierto que algunos se acceden, pero no por
ello se los deben incriminar y tratar como simples delincuentes, por ello es
partidario de la despenalización de los casos de difamación y calumnia y estas
se revuelvan el fuero civil con sanciones que pueden alcanzar la indemnización
de los afectados”
Fue en este
escenario en que por tercera vez hace su intervención el vice-presente de la
república, mencionando la frase “Todos somos iguales ante la ley, y por ende
los hombres de prensa deberían de actuar en ese nivel”.
En ese
contexto, quien suscribe quise dar un aporte sustantivo, sin embargo se limitó
la participación de los asistentes, pues queríamos puntualizar dos factores,
los cuales el vice-presidente no tomó en consideración de razón.
1.- Si bien
existe un sector de la prensa que excede de sus derechos y atribuciones que le
concede la ley, estas denuncias muchas veces se revierten cuando se trata de
personajes públicos, autoridades, congresistas, grupos de poder, dado que son
ellos los que estos casos lo judicializan, llevándolo a los fueros judiciales
penales, y con ello, en muchas ocasiones son acciones de persecución a los
hombres de prensa, con el único fin de acallar las denuncias de los actos
desastrosos de algunas pésimas autoridades y funcionarios públicos.
2. Cuando el
Vice-presidente y Congresista de la república hace mención de la fase “Todos
somos iguales ante la ley”, esto en el fondo es una vieja artimaña que no tiene
objetividad, toda vez que si seriamos iguales ante la ley, entonces los
Congresistas de la república deberían de renunciar a la inmunidad
parlamentaria, ya que muchos congresistas utilizan este mecanismo para evadir
sus responsabilidades ante la ley, por casos de corrupción, nepotismo,
malversación de fondos, peculado, encubrimiento, falsedad genérica, falsedad
ideológica, etc.
En
consecuencia, se llama a la reflexión de los padres de la patria que, si desean
hacer real y objetiva la frase “Todos somos iguales ante la ley”, y “La ley es
para todos”, no son más que meras frases al vacío subjetivista, por lo que es
menester que estas expresiones sirvan como parte del componente de mantener la
estabilidad democrática del Perú, y ella solo será realidad si existe la
voluntad de parte de los parlamentarios del Perú, en renunciar a un derecho,
que hoy, es un deber de impunidad
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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