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viernes, 30 de diciembre de 2016

Una Lima Para Todos, Susana Villarán

Una Lima Para Todos, Susana Villarán

El electorado de Lima vive una fiesta de algarabía, y es que después de 24 años de haber sido gobernada por alcaldes municipales de tendencia derechista o de centro de derecha iniciado con Ricardo Belmont y concluida con Castañeda Lossio. Los limeños deben sentirse orgullosos por la elección de una persona que seguramente abordará y resolverá con entusiasmos los problemas, en la cual, se encuentra sumergido Lima, como es la delincuencia, pandillaje, las drogas, prostitución, etc. Es una fiesta de regocijo que conlleva analizar dos hitos que quedarán marcados en la historia electoral, fundamentales para el desarrollo con armonía, solidaridad, y humanidad que caracteriza a los hombres de izquierda.

Un primer hito, es la cuestión de forma y de fondo, ya que luego de la fundación de Lima e independencia posterior del Perú, hoy por primera vez será gobernado por una dama, lo cual demuestra el sentir de una electorado limeño que esta asteado del machismo, quienes siempre han señalado ser los mejores administradores, que en sí, conllevaron al descalabro municipal y frente a esta situación, Lima ha roto ese machismo evidente que se vivió a lo largo de la historia, plagada de corrupción, nepotismo, prepotencia e intolerancia.

Con la participación y básicamente con la elección de una mujer, deja sellado que la mujer va posesionándose en el espectro político y social, dando muestras que efectivamente el problema de la mujer, no es una problema de género, sexo, raza o condición de edad, sino que, concretamente el problema de la mujer es un problema de clase, que como evidencia de ello, hemos tenido ilustres mujeres en América Latina, como Eva de Perón, Las Madres de 1 Mayo, y consecuentemente en el Perú, María Parado de Bellido, Micaela Bastidas, Marielena Moyano, y hoy, Susana Villarán, mujeres que han tenido una vida errante donde fervor del viento huracanado del pueblo las llevó, vidas entregadas por las mayorías excluidas que viven en hambre, miseria y exclusión; en consecuencia, queda la lección que a la mujer hay que saberla valorar no solo por su situación de dama, sino, por su condición de humana que siente, vive, ama, y que lucha indesmayablemente por sus ideales.

Un segundo hito, es que esta victoria tiene un contenido de esencia, el cual permite el re-posicionamiento de la izquierda peruana y pone en la agenda política electoral la presencia de una izquierda que sale a la palestra a dar propuesta de gobierno con contenido ideológico, en medio de una coyuntura política neoliberal que sumergió a los peruanos desde 1990 al 2010, a vivir en la desilusión y el resentimiento social, e incluso, se llegó a pensar que hablar de izquierda y socialismo en el Perú, era referirse al genocidio de sendero luminoso que tanto daño ha causado a la sociedad peruana.

La elección de Susana Villarán y por ende la representatividad de la izquierda, cambia sustancialmente el proceso político electoral para delante, el mismo que pasará de debates meramente académicos de propuestas de carpeta y técnicas, a debates que tendrá contenido programático de gobierno. Muchos creyeron que después de la Perestroika de Gorvachov en 1989, la izquierda había muerto como lo planteó en 1992 Francis Fukuyama (quien estará de visita en el Perú en estos días) con su teoría absolutista y fracasada del fin de las ideología, el mismo que ha quedado demostrado que hoy más que nunca, vuelve la remembranza de los debates que aportarán en la intelectualización de una juventud cegada y absorbida por el consumismo.

Finalmente, Villarán -junto a los grupos de izquierda emergente- ha ganado a pesar de todos los estropeos, insultos, mentiras, difamaciones y calumnias que estuvieron dirigidas a derrocarla y quitarle el electorado que se había comprometido con vencer al miedo. Ha vencido a pesar de no contar con publicidad en los canales de televisión, sin invertir en los sinfines de gigantografías, sin invertir miles de dólares, ha sabido imponerse a la derecha y ultra derecha que con ansias de poder querían nuevamente manejar y manipular el sillón municipal más grande del Perú.

En ese contexto, el electorado limeño ha dado lección clara a las regiones del Perú, que si se puede vencer al miedo, ahora la derecha que diga que el pueblo es ignorante y minoría, pues la derecha no ganará ni con fraude, porque la señal más clarividente ha sido la unidad del pueblo que sin la necesidad de ponerle un carro o pagarle un centavo, ha asistido a un mitin espontaneo, volcándose el domingo por la noche a la plaza San Martin para recibir con entusiasmo, pasión, alegría los resultados, y sobre todo, con la esperanza que a partir del 2011, se puedan resolver los males que atraviesa esta inmensa ciudad. Es una lección que repercutirá a nivel nacional, y que indudablemente tendrá incidencia en la próxima elección presidencial.

Sergio Gonzales Apaza

Periodista

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