Una Lima Para Todos, Susana
Villarán
El electorado
de Lima vive una fiesta de algarabía, y es que después de 24 años de haber sido
gobernada por alcaldes municipales de tendencia derechista o de centro de
derecha iniciado con Ricardo Belmont y concluida con Castañeda Lossio. Los
limeños deben sentirse orgullosos por la elección de una persona que
seguramente abordará y resolverá con entusiasmos los problemas, en la cual, se
encuentra sumergido Lima, como es la delincuencia, pandillaje, las drogas,
prostitución, etc. Es una fiesta de regocijo que conlleva analizar dos hitos
que quedarán marcados en la historia electoral, fundamentales para el
desarrollo con armonía, solidaridad, y humanidad que caracteriza a los hombres
de izquierda.
Un primer
hito, es la cuestión de forma y de fondo, ya que luego de la fundación de Lima
e independencia posterior del Perú, hoy por primera vez será gobernado por una
dama, lo cual demuestra el sentir de una electorado limeño que esta asteado del
machismo, quienes siempre han señalado ser los mejores administradores, que en
sí, conllevaron al descalabro municipal y frente a esta situación, Lima ha roto
ese machismo evidente que se vivió a lo largo de la historia, plagada de
corrupción, nepotismo, prepotencia e intolerancia.
Con la
participación y básicamente con la elección de una mujer, deja sellado que la
mujer va posesionándose en el espectro político y social, dando muestras que
efectivamente el problema de la mujer, no es una problema de género, sexo, raza
o condición de edad, sino que, concretamente el problema de la mujer es un
problema de clase, que como evidencia de ello, hemos tenido ilustres mujeres en
América Latina, como Eva de Perón, Las Madres de 1 Mayo, y consecuentemente en
el Perú, María Parado de Bellido, Micaela Bastidas, Marielena Moyano, y hoy,
Susana Villarán, mujeres que han tenido una vida errante donde fervor del
viento huracanado del pueblo las llevó, vidas entregadas por las mayorías
excluidas que viven en hambre, miseria y exclusión; en consecuencia, queda la
lección que a la mujer hay que saberla valorar no solo por su situación de
dama, sino, por su condición de humana que siente, vive, ama, y que lucha
indesmayablemente por sus ideales.
Un segundo
hito, es que esta victoria tiene un contenido de esencia, el cual permite el
re-posicionamiento de la izquierda peruana y pone en la agenda política
electoral la presencia de una izquierda que sale a la palestra a dar propuesta
de gobierno con contenido ideológico, en medio de una coyuntura política
neoliberal que sumergió a los peruanos desde 1990 al 2010, a vivir en la
desilusión y el resentimiento social, e incluso, se llegó a pensar que hablar
de izquierda y socialismo en el Perú, era referirse al genocidio de sendero
luminoso que tanto daño ha causado a la sociedad peruana.
La elección de
Susana Villarán y por ende la representatividad de la izquierda, cambia
sustancialmente el proceso político electoral para delante, el mismo que pasará
de debates meramente académicos de propuestas de carpeta y técnicas, a debates
que tendrá contenido programático de gobierno. Muchos creyeron que después de
la Perestroika de Gorvachov en 1989, la izquierda había muerto como lo planteó
en 1992 Francis Fukuyama (quien estará de visita en el Perú en estos días) con
su teoría absolutista y fracasada del fin de las ideología, el mismo que ha
quedado demostrado que hoy más que nunca, vuelve la remembranza de los debates
que aportarán en la intelectualización de una juventud cegada y absorbida por
el consumismo.
Finalmente,
Villarán -junto a los grupos de izquierda emergente- ha ganado a pesar de todos
los estropeos, insultos, mentiras, difamaciones y calumnias que estuvieron
dirigidas a derrocarla y quitarle el electorado que se había comprometido con
vencer al miedo. Ha vencido a pesar de no contar con publicidad en los canales
de televisión, sin invertir en los sinfines de gigantografías, sin invertir
miles de dólares, ha sabido imponerse a la derecha y ultra derecha que con
ansias de poder querían nuevamente manejar y manipular el sillón municipal más
grande del Perú.
En ese
contexto, el electorado limeño ha dado lección clara a las regiones del Perú,
que si se puede vencer al miedo, ahora la derecha que diga que el pueblo es
ignorante y minoría, pues la derecha no ganará ni con fraude, porque la señal más
clarividente ha sido la unidad del pueblo que sin la necesidad de ponerle un
carro o pagarle un centavo, ha asistido a un mitin espontaneo, volcándose el
domingo por la noche a la plaza San Martin para recibir con entusiasmo, pasión,
alegría los resultados, y sobre todo, con la esperanza que a partir del 2011,
se puedan resolver los males que atraviesa esta inmensa ciudad. Es una lección
que repercutirá a nivel nacional, y que indudablemente tendrá incidencia en la
próxima elección presidencial.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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