No seré yo quien te traicione
Una
paloma de ambigüedad,
Una
vez me dijo al oído,
“No
seré yo quien te traicione”
Sino
será el aroma del que conociste ayer.
Paloma
del altar creí,
Auguré
nuevo amanecer buscando a ti,
Recién
hoy entendí,
El
mensaje del cual me interpretaste.
Han
pasado algunos días, meses y años,
Del
cual te conocí,
Inmortalizando
aquellas parábolas de tu vida,
“No
seré yo quien te traicione”
Mira
pues paloma desmemoriada,
El
aroma del aquel esta relegado,
Como
el huracán degenerado,
Como
el viento se acarrea la alegría y la melancolía.
Hay
palomita mía,
La
remembranza del ayer,
Cuando
te admirabas sin cesar,
Y
rechazabas todo mal proceder del mal aroma,
Como
pasa el tiempo,
Y
tú resultaste impregna en el alma,
De
un sin sabor de la paz y del soñar.
Tiempo
al tiempo rezaba siempre un viejo adagio,
Decía
pues mi tierra,
“Deja
que pasen los años que verás una tarde enrojecer,
Sentirás
la bofetada cual no mirabas ayer”
Pues
palomita andante de la vida,
Aquel
pastor alemán me susurraba al oído,
Te
recordarás del ayer, del presente y del futuro,
Y
desde hoy pensarás en lo equivocado,
Sin
imaginar que aquella paloma estuvo a tu costado.
Cuando
hoy recorro el tiempo,
Veo
pasar al pastor alemán,
Recuerdo
la bella frase,
“No
seré yo quien te traicione”
Admito
que, que si añore,
Lo
pensado menos imaginado,
Lo
menos echado al viento,
Con
dolor y desdicha del cual veo deslizarse.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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