Anuncio del aumento de la
remuneración mínimo vital, es irrisible
Al inicio de
esta semana, el presidente de la república Alan García Pérez, ha sorprendido a
más de uno con el anuncio del incremento de la remuneración mínimo vital con
9%, lo cual representa a 50 nuevos soles, que sumado al actual sueldo mínimo de
550 nuevos soles, haría un total de 600 soles. Lo que cabe dos aspecto a
mencionar; primero, se saluda la actitud presidencial asumida al margen de los
debates del Consejo Nacional del Trabajo; segundo, considero que es un
despropósito del presidente García efectuar un incremento irrisorio de 50
soles, toda vez que, es inapropiado con la realidad macroeconómica y
microeconómica que vive el Perú.
Según los
estudios de la OIT (Organización Internacional Del Trabajo), del 2000 a la
actualidad, los incrementos salariales en América Latina han sido de 40%,
mientras que en el Perú en ese mismo periodo el incremento fluctuó en 11%, y
con el anuncio presidencial de acrecentar un 9%, sumaria 20%; es decir 20%
menos que el resto de los 18 países de la región. De la misma manera, la
remuneración mínimo vital en América Latina se ha estancado en los último 10
años, y el caso peruano, el último incremento que se efectuó fue el 2008 (20
soles de incremento), a pesar que el 2006 y el 2008 el Perú alcanzo 6.5% y 4.5%
de inflación respectivamente, lo que quiere decir, que a nivel de países de
América Latina en sistema salarial estamos desaprobados junto a Panamá.
Otro de los
factores de las cuales no se toman en consideración, actualmente se estima que
el acceso a la canasta básica familiar se encuentra en 1,250 nuevos soles, por
ende, este incremento de 50 soles es irrelevante, cabe puntualizar que, desde
el 2000 a los días presente se produjo 5 aumentos salariales, partiendo de
Febrero del 2000 en que el sueldo se ubicaba en 345 soles. Un primer incremento
se concretizó en Junio del 2000 bajo la suma de 60 soles, haciendo un total de
410 soles; el segundo aumento fue de 50 soles el 2003 (un total de 460 soles), tercer
incremento fue de 40 soles el 2006 lo que haría la suma de 500 soles, un cuarto
aumento fue de 30 soles el 2007 (sumó 530 soles), el quinto incremento fue de
20 soles el año del 2008, lo que sumaría un total de 550 soles a los días
presente, pero si analizamos con meticulosidad dichos incrementos, no han
sobrepasado los 60 soles, lo que causó durante estos años el descontento social
ante los gobierno de turno, y por ende, la desaprobación y fracaso del modelo
económico neoliberal que ha deteriorado la capacidad adquisitiva de los
trabajadores y vulnerando los derechos laborales.
La otra cara
de la moneda, sucede que la capacidad de productividad de los obreros y
trabajadores entre el 2000-2009, el puntaje paso de 80 a 120 respectivamente,
reflejado en la macroeconomía partiendo por el boom de las exportaciones de los
productos tradicionales y no tradicionales, asimismo el incesante crecimiento
económico del PBI nacional en 5.5 promedio del 2000 al 2009, con superávit
fiscal, divisas acumuladas que vienen sosteniendo el valor del dólar,
estabilidad de la tasa de cambio, mayor presencia de las transnacionales
comerciales y financieras; finalmente, con una proyección de inversión para el
próximo año de 40 mil millones de dólares, excluyendo microeconomía del
desarrollo sostenido de la sociedad. Por lo expuesto pregunto ¿Es prudente un
incremento irrelevante de 50 soles? Desde mi punto de vista, considero que es
una bofetada a los hombres que bregan por producir más y sacar adelante a las
empresas e instituciones privadas y nacionales, por el contrario, razono que
estos incrementos salariales deberían de efectuarse en base de un análisis
consensuado y real sin caer en la mezquindad. A estas alturas de la realidad
peruana donde se han encarecido los precios de primera necesidad, incremento
indiscriminado del petróleo, aumento de las tarifas de agua, luz, teléfono,
etc., pues lo razonable del incremento salarial debería bordear el 27% u 36%
que representa a 150 ó 200 nuevos soles respectivamente, a fin de cubrir la
canasta básica familiar.
La medida
adoptada por Alan García Pérez es correcta, lo injusto deviene en el contexto
que, no se asume un rol que beneficie a los trabajadores en su conjunto, a
pesar que existe un Consejo Nacional del Trabajo que está integrada por
empresarios y trabajadores, que más allá de ponerse de acuerdo, dilatan el
tiempo. Aumento del sueldo sí, pero con responsabilidad social como se
manifestó en plena campaña electoral del 2006.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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