Delirio en el altar
En
cada amanecer Palomita,
Miras
al cielo, sonríes y lloras a la vez,
Tu
voz apagada le canta al viento,
Viento
que lleva a tu voz a lo lejos de la vida,
Y
da el mensaje que viva estas sin desvanecer.
En
cada medio día Palomita,
La
melancolía te rodea,
Aquel
granito de arena no te interesa,
Triste
Palomita no te me mueras.
En
cada atardecer Palomita,
La
desolación y la desdicha,
Quieren
deshacer de tu vida,
Pues
tú le abres el camino a la mala hierba,
Dime
porque Palomita, esos tus ojitos tan brillantes.
Hay
Palomita, mira al cielo,
Aya
esta tu vida, tu alegría,
Hay
mi Palomita disipa esa aflicción,
Y
mirad a tus costados,
Que
ahí está tu ternura y tu ilusión.
Hay
Palomita no te me acurruques,
Laventad
la mirada Palomita,
Habré
ya esas tus alas primorosas,
Palméale
al viento, y échate a volar.
Hay
mi Palomita, quitad esa flecha,
Hay
mi Palomita, cerrad esa herida,
Hay
mi Palomita, ni tu plumal tan esplendorosa,
Puede
armar el lindero de tu vida.
Triste
Palomita, te remuerde tener tus alas cortadas,
Palomita
del monte, es eterna tu aroma,
Palomita
blanca, Palomita añeja,
Date
la vitalidad e inicia tu camino.
Palomita
linda, Palomita hermosa,
La
primavera ya se acerca,
El
pavor de la tristeza ya se disipa,
Échate
a volar ahora mismo,
Y
cuando llegues a tu destino Palomita mía,
Arma
aquel nido de felicidad, que pronto también he de llegar.
Palomita
canta, Palomita,
Palomita
sueña, Palomita,
Recobra
tu energía Palomita,
Y
al levantarte de ese tu sueño,
Volaras
alto muy alto, pa que nadie te alcance.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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