¿Revolucionario y creyente de
Dios?
En los cafés
filosóficos siempre he escuchado una discusión bizantina, que si eres
revolucionario, te demanda ser ateo, en los debates academicistas marxistas se
dice que si eres marxista es obvio que eres materialista-ateo, o en las
tertulias de los debates políticos se discute que si eres luchador social, es
poco probable que creas en Dios; pero si uno se lo dice al mundo entero que
eres socialista, marxista, revolucionario o luchador social, sencillamente te
tipificaran de materialista-ateo.
Hace unas
semanas, una amiga psicóloga me decía que “Quiero ser marxista” y le pregunte
qué tipo de marxista desea ser ¿marxista ortodoxa, marxista heterodoxa o
marxistoide? Respondió “Marxista ortodoxa porque quiero ser atea” Bueno, desde
mi punto de vista, una concepción equivocada del marxismo.
Abro este
debate, ya que desde noviembre del 2007 (y me permito agradecer a la periodista
Lita Esther) en medio de mi trajín político ingreso esta discusión interna, en
que si uno siendo revolucionario, que asume la lucha de clases, que augura la
transformación de esta sociedad en la que vivamos por igualdad, sin pobres, esclavos,
sirvientes, sedientos y hambrientos, a su vez podría ser creyente de algo
divino, de Dios.
Fue y es una
disyuntiva, en la que después de tres años me permito decir que, “claro que si
se puede ser revolucionario y creyente en Dios” En más de 14 años de mi vida
política, he conocido personas con ese espíritu de bregar por una sociedad
justa, humana, solidaria, donde no exista la injusticia, corrupción; he visto
luchar a compañeras con sus hijos entre los brazos gritando a viva voz “Dios
mío, porque no acabas con estas injusticias”, o marxistas que después de cada
charla, haciendo cometarios de algo divino.
Para esto,
siempre es bueno recurrir a los antecedentes de juicio, en revisar la historia,
plantear el presente y visionar el futuro; es así que como sendero luminoso
cometió el grave error de acribillar a las personas que no eran creyentes,
esencialmente acontecimientos en el campo, teniendo una práctica similar a la
del siglo de la santa inquisición, que fue un error del catolicismo, y en
nuestros días los marxistas ortodoxos, también están pisando el mismo fango del
pasado, al sobre poner y demandar en ser ateo para luego ser revolucionario.
El 2004 conocí
a una compañera colombiana que era una consecuente revolucionaria, pero a su
vez, en cada momento de alimentación agradecía a Dios, el 2005 cuando estuve
por Cajamarca en el encuentro de las casas de la amistad de Cuba, conocí a un
compañero que luchaba con todas sus fuerzas contra las mineras que contaminaban
el medio ambiente, a los dos días, lo volví a encontrar, pero con una biblia en
la mano y predicando la palabra de Dios, por si fuera poco y sorprendente, el
2007 en la huelga indefinida del magisterio, me tope (cruce) con una dama que
vestía con sotana y protestaba contra la hoy formalizada Ley de la carrera
magisterial, lo sorprendente es que este hecho fue en la tierra “supuestamente”
liberada por los supuestos comunistas, hago referencia a la zona de Aucayacu,
donde exciten más de 24 sectas religiosas, y bueno, así puedo continuar describiendo
sinfines de anécdotas que viví los últimos años.
Hoy debo
admitir, que uno puede ser socialista, marxista, revolucionario o luchador
social, pero a su vez ser creyente de Dios, aquel nombre en alma, que le trae
fe, alegría y esperanza a una inmensa mayoría del mundo. La discusión no está a
que secta religiosa pertenece, sino, en si eres o no, creyente de algo divino;
pues he tenido el gusto de conocer a sinfines de miembros de sectas religiosas
que luchan contra la injusticia, corrupción, inmoralidad, y hasta se declaran
anti-imperialistas, anti-capitalistas y practican la solidaridad de clase.
Considero que
las discusiones del siglo XXI, deben enmarcarse en temas de envergadura que
permitan converger, cohesionar y unir para alcanzar una sociedad más justa, más
humana y más solidaria. Creo que es impertinente plantearle a un revolucionario
o religioso, que primero sea ateo, pues ello solo es ser un marxista ortodoxo, dogmático;
pues antes revisemos la historia y llegaremos a la conclusión que, hasta Cristo
(Jesús) fue revolucionario.
Finalmente, sé
que del presente artículo se arrancarán muchas incógnitas y una de ellas ¿Qué
diferencia existe entre socialistas-comunistas, entre revolucionario y luchador
social? ¿Puede un marxista creer en Dios? y ¿Sergio, particularmente creerá en
Dios?, tres preguntas, y claro, las que devengan, las responderé en mis
próximos artículos que vengo terminándolos; me permito concluir puntualizando
que, aprendamos a ser respetuosos de las culturas-creencias y pensamientos de
los demás, pues hoy mi mundo es bregar incesantemente contra la injusticia,
inmoralidad, corrupción, lucho por ver emancipado a los miles y millones de
hombres explotados, oprimidos, vilipendiados, sedientos y hambrientos que tanto
abundan en nuestras sufridas tierras, y si con eso me gano el cliché de
socialista o creyente, pues lo soy.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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