Los nuevos vientos de la
geo-economía del siglo XXI, en América Latina
A partir del 2002,
América Latina comenzó a tener un nuevo rasgo sociopolítico, es por ello que,
muchos de los países Latinoamericanos que estaban sujetos a los planes del
sistema Capitalismo, comenzaron a dejar ese yugo expoliador agobiante, a fin de
apostar por un sistema político que defienda los derechos fundamentales de sus
ciudadanos, siendo así que, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Bolivia,
Argentina, y Brasil, cambiaron la geopolítica Latinoamérica, impulsando una
economía social de mercado con rostro humano, teniendo en cuenta que, no haga
halago a la tercera vía de Tony, Blair, sino que, refiero el hincapié de la
economía que está al servicio del hombre y no a la inversa, como acontece
comúnmente en el Imperialismo.
Estos países,
que hicieron frente a los embates de las crisis económicas mundiales del
2001-2002 y la del 2007-2010, han sabido subsistir y conllevar a sus
habitantes, al derecho de una vida saludable, aun, con las limitaciones
políticas, sociales y económicas que les rodean, de las cuales creo que, uno de
esos secretos económicos, fue el imponer mayores impuestos a las
transnacionales, y no por eso dejaron de existir o de tener la presencia de
nuevos inversionistas, como era el común denominador de la especulación
Capitalista. Pero esto, no solo fue plasmado por los países en mención, sino
que, incluso este giro geo-económico, también lo desarrollarían aquellas
economías que eran los paradigmas del Capitalismo y del neoliberalismo, EE.UU.
y Chile respectivamente.
Las potencias
económicas y los países emergentes, han comprendido la lección que, la economía
de un país, no es bueno dejarlo al libre albedrio del libre mercado, por el
contrario, es el Estado quien debería de jugar un rol protagónico en la
regulación de la economía naciente. Por ello, hoy vemos que el mundo se vienen
practicando dos tipos de economías, de un lado el sistema Europeo que, ha
preferido recurrir a los recortes fiscales e incremento de las tasas de interés
(ortodoxia de Adan Smit), y por otro lado, EE.UU., quien ha definido su rumbo
económico, con un Estado con mayor incidencia en la economía de la Nación,
dando impulso a la dinamización del mercado mediante las inversiones públicas,
de tal manera que, permitan generar puestos de trabajo (teoría keynesiana). En
tal razón, es entendible la postura del presidente estadounidense Barack Obama,
al inyectar a su económica 50 mil millones de dólares, con el fin de generar
nuevos empleos y permita el mejoramiento del consumo y con ello, el dinamismo
de su economía, que aún no sale de la contracción del PBI en 2%.
En el
escenario Latinoamericano, el 2006, a la elección del presidente de Bolivia,
Evo Morales, generó un revuelo en la economía, empezando por el lado más débil
en cambiar la visión de los impuestos, revertiendo la política arancelaria e
hizo que las mineras y petroleras aporten al fisco el 82% de las
rentabilidades, y el 12% restante, para inversionistas; ante este
acontecimiento, pues los Capitalistas no huyeron de dicho país, por el
contrario, a los días presentes se han incrementado las inversiones. Otro hecho
palpable del giro geo-económico, fueron los actuados por Ecuador con el
presidente Rafael Correa, quien al asumir la presidencia, revertió la
participación del Estado en las inversiones y utilidades en 50% para ambos
lados, ante este hecho nacional, los inversionistas no se fueron del país;
pero, un hecho que acaba de marcar un revuelo y un duro revés para el país
estadounidense, ha sido el giro inesperado de la economía chilena (escudo del
neoliberalismo Latinoamericano), pues, con el ingreso del presidente Sebastián
Piñera, se ha plasmado mediante Ley, la creación de un nuevo impuesto de 3% a
las sobre ganancias mineras, que representa a 1,100 millones de dólares, que
serán destinadas a las zonas que fueron afectadas por el terremoto, y ante este
acontecimiento-seguramente histórico-los inversionistas no se han ahuyentado y
menos se han retirado del país sureño, por el contrario, han mostrado su
respaldo unánime.
En este nuevo
panorama geo-económico Latinoamericano, el miércoles 10 de Septiembre, el PNUD
(Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), mediante el coordinador
del informe regional sobre desarrollo humano, ha planteado al gobierno peruano
que grave las sobre ganancias mineras, manifestando escuetamente que “Es
totalmente valido discutir un impuesto a las sobreganarías en medio de una
bonanza minera. El gobierno debe lograr un acuerdo político, para lograr estas
reformas fiscales”, palabras que provienen de aquellos que nos vendieron la
idea del libre mercado y su regulación automática, la misma que ha quedado
demostrado que es un fracaso.
Por lo tanto,
este escenario del giro de la geo-economía Latinoamérica y la posición del
gobierno estadounidense, es de vital importancia que nuestros padres de la
patria, vale decir los congresistas, impulsen el debate del Proyecto Ley Nº
4149-2009, planteado por la congresista Gloria Ramos, a fin que se grave el
impuesto a las inmensas ganancias de las mineras, quienes a pesar de tener un
compromiso con el gobierno de Alan García bajo la consigna del óvolo voluntario
minero, del cual deberían aportar anualmente 500 millones de dólares, a duras
penas aportaron 175 millones de dólares el 2009, en tanto en ese mismo periodo
las industrias petroleras, han aportado al fisco nacional 750 millones de
soles, a pesar que tienen menores rentabilidad en relación a las mineras,
quienes han obtenido utilidades de 8 mil millones de dólares en el periodo del
2009.
Si bien es
cierto que, el planteamiento del impuesto a las sobre-ganancias debe pasar por
una Reforma Constitucional, ya que se debe de cambiar el artículo 62 de la
actual Constitución Política del Perú, que señala al pie de la letra que “Los
contratos-Ley que gozan de estabilidad, no pueden ser modificados legislativamente”,
pues desde ahora se debe ir creando un ambiente nacional de patriotismo, y
hacer que sea aprobado mediante referéndum, y obvio que se puede tomar ese
camino, porque así también lo estipula la Constitución Política. Si América
Latina y el gobierno estadounidense giran sus perspectivas económicas, ¿Qué
espera el gobierno peruano para asumir su responsabilidad geo-economía en el
siglo XXI?, pero ello, es también tarea de cada uno de los peruanos en su
conjunto y de quienes nos representan.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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