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viernes, 30 de diciembre de 2016

¿Debe o no permanecer la reelección para las autoridades elegidas por voto popular?

¿Debe o no permanecer la reelección para las autoridades elegidas por voto popular?

Al iniciar la campaña electoral presidencial y congresal, en la agenda del debate político nacional estuvo presente si las autoridades electas deberían, o no, ser reelegidas por segunda vez consecutiva; algunas voces se mostraban de acuerdo, en tanto otras manifestaban su contrariado, cada posición con puntos de vistas lógicos y razonables.

Pasadas dichas contienda electoral, y, ya con la mente más fresca sin visiones electoreras, el debate en referencia a la NO REELECCIÓN ha vuelto a la agenda de la coyuntura nacional, tal es así, que la iniciativa dentro del poder legislativo la han asumidos la bancada nacionalista, quienes han presentado un proyecto de ley, para la no reelección de los gobiernos locales y regionales, ante lo cual, la respuesta de estos últimos no se han hecho esperar, por el contrario han respondido que están de acuerdo con dicha iniciativa legislativa, siempre en cuando ésta alcance a los congresistas, he ahí ahora el discusión.

Si bien la reelección debe de servir para aquellos que ejercen transparentemente el cargo, como a su vez lleven una gestión aprobable que desembarque en la búsqueda del desarrollo de sus electores, el problema deviene cuando otras autoridades hacen uso de este derecho, habiendo mantenido gestiones desastrosas, o él en el peor de los casos, porque quieren enquistarse dentro del cargo, tal como aconteció con algunos congresistas y actuales, llámese Javier Velásquez Quesquén, Mauricio Mulder, Javier Bedoya de Vivanco, o, como los salientes de Mercedes Cabanillas, Alva Castro, Waisman, Gloria Gelfer, Jhony Peralta, entre otros, los cuales algunas de ellas han tenido gestiones fatales.

Discurro que, la reelección desde su partera, resultan ser los padres de las pésimas autoridades y convulsiones sociales, toda vez que, con ella se apaña la cadena de la corrupción, nepotismo, malversación de fondos, usurpación de funciones, peculado y hasta encubrimiento, por lo que, frente a ello se tiene que actuar. Pues estos malos hábitos sociales, son objeto que conllevan a un Estado de derecho inestable, con una ciudadanía que cada fin año espera con ansias para impulsar las revocatorias de sus autoridades, algunas de ellas, promovidas por el celo y revanchismo político; frente a este escenario es momento de actuar, de manera que, se detenga futuras convulsiones sociales que pueden terminar en acciones pocos razonables y entendibles por quienes no toleran ni comprenden la mortificación de una población decepcionada.

Por lo expuesto, si la bancada parlamentaria de GANA PERÚ ha puesto en la agenda del Congreso, el debate en referencia a la NO REELECCIÓN, lo cierto también es que, esta debe alcanzar para los Congresistas, dado que el en Artículo 90° del párrafo siguiente señala que “El Congreso se elige por un período de cinco años mediante un proceso electoral organizado conforme a ley”, esta a su vez, no señala si debe o no prohibirse su reelección, por lo que ahí se amparan muchos Congresistas en ejercicio y recurren al vació de las leyes para propiciar una segunda oportunidad, muchas veces de ellas, en contra de una población, y que se en ocasiones estos van a la reelección recurriendo a las artimañas más mediocres que puedan existir dentro de la sociedad, y por ello, su reelección y mas no porque el pueblo esté debidamente conforme con su gestión. Como manifesté letras anteriores, las Reelecciones a los largo producen desconfianza y convulsión social.

En consecuencia, considero que la NO REELECCIÓN debe alcanzar para las autoridades regionales, locales y Congresistas en ejercicio, de modo tal, que en las reelecciones no se perciban actitudes de encontrar el amparo de la inmunidad parlamentaria, y evadan sus responsabilidades ante las autoridades competentes, haciendo de este derecho una impunidad legislativa, tal como lo están efectuando algunos pésimos Congresistas y con ella, también debería derogarse el artículos 95 que señala que “el mandato legislativo es irrenunciable”, artículos que, en algunas oportunidades son mal utilizadas por quienes dicen ser representantes de nuestro pueblo, lógicamente sería una falta de respeto decir todos, dado que también existen congresistas que •hacen una labor fructíferas y concordante a la satisfacción social.

Sergio Gonzales Apaza

Periodista

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