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viernes, 30 de diciembre de 2016

¿Desgobierno en el gobierno de Alan García Pérez?

¿Desgobierno en el gobierno de Alan García Pérez?

En menos de una semana, las movidas en la gestión gubernamental de turno parecen ser parte de un desgobierno que cada vez se hace más público, perdiendo así la disciplina aprista interna; por una lado da la impresión que se trata de discrepancias de carácter técnico económico, en tanto las expresiones de la célula parlamentaria aprista hace presumir que se tratarían de asuntos de desplantes de cálculos políticos electorales.

Un primer desenlace desencadeno el Jueves 26 de Noviembre, al interior del hemiciclo cuando se debatía el presupuesto de la república para el año fiscal 2011; en dicha ocasión el congresista Carrasco Távara propuso un incremento adicional de 10 millones de soles a fin de contar con 500 nuevos empleos para la INPE, y otros tantos destinados a Essalud y Petroperú, a lo cual el ministro de economía y finanzas Ismael Benavides, se opuso rotundamente calificando tal propuesta como un desconocimiento de su portafolio, toda vez que llevaba a un despropósito del control fiscal.

Frente a este incidente, la célula parlamentaria del Apra respondió que el ministro no recordaba, ya que ello si se debatió, pero la crítica más dura llegó cuando las expresiones fueron “Al ministro de economía le falta adecuarse mentalmente al trabajo del Estado”

Un segundo desenlace se produjo el día de ayer, como consecuencia de otra de las propuestas de la célula parlamentaria aprista, dado que se planteó elevar las regalías mineras de 1% al 2% al mineral extraído por una valor de 60 millones de dólares, de 2% a 4% si las cifras van de 60 a 120 millones de dólares, y de 3% a 6% en cuanto sobrepasen los 120 millones de dólares, y, de manera excepcional se propuso incrementar 10% de regalía al oro y 5% en caso del cobre. Estas propuestas que a todas luces tiene como fondo el cálculo electoral, finalmente el día de Miércoles 01 de Diciembre salió al frente el ministro de energía y minas Pedro Sánchez, puntualizando que “Se analizará, una cosa que si vamos adelantando es que hay un concepto que se llama Goverment Take, que es el porcentaje de todos los beneficios que el Estado obtiene del negocio minero y el Perú tiene una de las más altas por esta actividad”, consecuentemente, su desacuerdo con los planteamientos de la célula parlamentaria del Apra.

De estas dos incidencias, se desprende dos escenarios. Un primer escenario, demuestra el desgobierno al interior del gobierno de Alan García Pérez, donde un sector tecnócrata ortodoxa económicamente liderado por el ministro de economía Ismael Benavides, propugnan por la liberalización del mercado y el control fiscal, es decir, continuar con el esquema de generar rentabilidad para la empresa privada, manteniendo así las exoneraciones de impuestos y reversión de utilidades, a la par, la profundización de la política anti laboral y salarial, bajo un riguroso control del gasto público y no caer en la demagogia populista, medidas en razón que vivimos una política económica neoliberal.

Un segundo escenario, es un análisis de la situación estadística de la rentabilidad y regalías mineras. Por ejemplo, son impertinentes las expresiones del ministro de energía y minas, al manifestar que contamos con unos de los más altos ingresos por los negocios mineros, cuando la realidad concreta del Perú es contraria a la de Chile, Colombia y Ecuador. Si bien es cierto que el Perú es uno de los países que cuenta con el Goverment Take (Beneficio por concepto minero), sin embargo el ministro Pedro Sánchez no hace mención de las empresas mineras que continúan aportando una regalía en base al precio del Oro del año 2000, cuando oscilaba en 220 dólares la onza, pero hoy luego de 10 años, dicho precio en irrelevante en referencia a los 1,400 dólares que cuesta la onza de Oro, lo que evidencia de una evasión de impuestos y por ende, un insulto a la dignidad peruana; consecuentemente, si es razonable incrementar las regalías por concepto minero, de modo que las empresas mineras en vez de evadir sus compromisos de aportar un óbolo minero voluntario que debió alcanzar en estos últimos 5 años a 830 millones de dólares, dicho aporte a duras penas ha alcanzado 660 millones de dólares. De modo que si incrementamos las regalías mineras, tendríamos fácilmente un bono de 4,100 millones de soles anuales, dinero que bien podría ser destinado para invertir en obras de envergadura e incrementar los salarios a los diferentes sectores.

Este panorama político y económico, demuestra una actitud endeble de parte del gobierno de turno ante las empresas mineras y transnacionales, pero a su vez, da señales que ante los últimos meses de gobierno, se evidencia las profundas discrepancias entre los tecnócratas que cuidan a como dé lugar el control fiscal, en tanto que otro sector liderado por la célula parlamentaria aprista, busca a todas luces efectuar cambios en la política macroeconómica que tiene como fondo el cálculo político electoral del 2011.

Sergio Gonzales Apaza

Periodista

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