¿Desgobierno en el gobierno de Alan
García Pérez?
En menos de
una semana, las movidas en la gestión gubernamental de turno parecen ser parte
de un desgobierno que cada vez se hace más público, perdiendo así la disciplina
aprista interna; por una lado da la impresión que se trata de discrepancias de
carácter técnico económico, en tanto las expresiones de la célula parlamentaria
aprista hace presumir que se tratarían de asuntos de desplantes de cálculos
políticos electorales.
Un primer
desenlace desencadeno el Jueves 26 de Noviembre, al interior del hemiciclo
cuando se debatía el presupuesto de la república para el año fiscal 2011; en
dicha ocasión el congresista Carrasco Távara propuso un incremento adicional de
10 millones de soles a fin de contar con 500 nuevos empleos para la INPE, y
otros tantos destinados a Essalud y Petroperú, a lo cual el ministro de
economía y finanzas Ismael Benavides, se opuso rotundamente calificando tal
propuesta como un desconocimiento de su portafolio, toda vez que llevaba a un
despropósito del control fiscal.
Frente a este
incidente, la célula parlamentaria del Apra respondió que el ministro no
recordaba, ya que ello si se debatió, pero la crítica más dura llegó cuando las
expresiones fueron “Al ministro de economía le falta adecuarse mentalmente al
trabajo del Estado”
Un segundo
desenlace se produjo el día de ayer, como consecuencia de otra de las
propuestas de la célula parlamentaria aprista, dado que se planteó elevar las
regalías mineras de 1% al 2% al mineral extraído por una valor de 60 millones
de dólares, de 2% a 4% si las cifras van de 60 a 120 millones de dólares, y de
3% a 6% en cuanto sobrepasen los 120 millones de dólares, y, de manera
excepcional se propuso incrementar 10% de regalía al oro y 5% en caso del
cobre. Estas propuestas que a todas luces tiene como fondo el cálculo electoral,
finalmente el día de Miércoles 01 de Diciembre salió al frente el ministro de
energía y minas Pedro Sánchez, puntualizando que “Se analizará, una cosa que si
vamos adelantando es que hay un concepto que se llama Goverment Take, que es el
porcentaje de todos los beneficios que el Estado obtiene del negocio minero y
el Perú tiene una de las más altas por esta actividad”, consecuentemente, su
desacuerdo con los planteamientos de la célula parlamentaria del Apra.
De estas dos
incidencias, se desprende dos escenarios. Un primer escenario, demuestra el
desgobierno al interior del gobierno de Alan García Pérez, donde un sector
tecnócrata ortodoxa económicamente liderado por el ministro de economía Ismael
Benavides, propugnan por la liberalización del mercado y el control fiscal, es
decir, continuar con el esquema de generar rentabilidad para la empresa
privada, manteniendo así las exoneraciones de impuestos y reversión de
utilidades, a la par, la profundización de la política anti laboral y salarial,
bajo un riguroso control del gasto público y no caer en la demagogia populista,
medidas en razón que vivimos una política económica neoliberal.
Un segundo
escenario, es un análisis de la situación estadística de la rentabilidad y
regalías mineras. Por ejemplo, son impertinentes las expresiones del ministro
de energía y minas, al manifestar que contamos con unos de los más altos
ingresos por los negocios mineros, cuando la realidad concreta del Perú es
contraria a la de Chile, Colombia y Ecuador. Si bien es cierto que el Perú es
uno de los países que cuenta con el Goverment Take (Beneficio por concepto
minero), sin embargo el ministro Pedro Sánchez no hace mención de las empresas
mineras que continúan aportando una regalía en base al precio del Oro del año
2000, cuando oscilaba en 220 dólares la onza, pero hoy luego de 10 años, dicho
precio en irrelevante en referencia a los 1,400 dólares que cuesta la onza de
Oro, lo que evidencia de una evasión de impuestos y por ende, un insulto a la
dignidad peruana; consecuentemente, si es razonable incrementar las regalías
por concepto minero, de modo que las empresas mineras en vez de evadir sus
compromisos de aportar un óbolo minero voluntario que debió alcanzar en estos
últimos 5 años a 830 millones de dólares, dicho aporte a duras penas ha
alcanzado 660 millones de dólares. De modo que si incrementamos las regalías
mineras, tendríamos fácilmente un bono de 4,100 millones de soles anuales,
dinero que bien podría ser destinado para invertir en obras de envergadura e
incrementar los salarios a los diferentes sectores.
Este panorama
político y económico, demuestra una actitud endeble de parte del gobierno de
turno ante las empresas mineras y transnacionales, pero a su vez, da señales
que ante los últimos meses de gobierno, se evidencia las profundas
discrepancias entre los tecnócratas que cuidan a como dé lugar el control
fiscal, en tanto que otro sector liderado por la célula parlamentaria aprista,
busca a todas luces efectuar cambios en la política macroeconómica que tiene
como fondo el cálculo político electoral del 2011.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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