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viernes, 30 de diciembre de 2016

¿Es razonable la huelga del campesino cocalero?

¿Es razonable la huelga del campesino cocalero?

Desde dos semanas atrás, el campesinado cocalero del Alto Huallaga, viene desarrollando la huelga indefinida, ante la indiscriminada erradicación compulsiva de la Hoja de Coca, puesto en marcha por el gobierno de turno mediante DEVIDA y el CORACH. La protesta de los cocaleros, se encuentran dentro de los parámetros de la justicia y la democracia actual, por las razones que, la lucha contra el narcotráfico debe ser con férrea decisión, pero no confundirla con el campesinado que tiene como único sustento su Hoja de Coca, caja chica de supervivencia.

Rómulo Pizarro, actual presidente de DEVIDA, a los días presentes, está moldeando una política errónea de erradicación compulsiva, la que aparentemente permitirá erradicar el narcotráfico, flagelo duro para el Perú. En realidad, la solución a este problema no se va resolver con la erradicación definitiva de la Hoja de Coca, y demostración de ello, es que en seis años que Rómulo Pizarro ha asumido el cargo de DEVIDA, se han erradicado 14 mil hectáreas de coca del 2004 a los días actuales; sin embargo, en ese mismo periodo, el incremento de la producción de Hoja de Coca ha crecido en 23%, es decir, 32 mil hectáreas nuevas, haciendo un total de 123 mil hectáreas, tal como consta en el informe del Comité de Fiscalización de las Naciones Unidas. Por lo expuesto, el concepto que erradicando cocales se va a combatir al narcotráfico, es una falsía y mentira del presidente de DEVIDA y del gobierno de Alan García.

El combate a este flagelo del Perú como es el narcotráfico, se va resolver con mecanismo idóneos de dialogo y elaboración de una Ley de Hoja de Coca, la misma que no solo legalice la producción, sino que, mediante un empadronamiento y actualización de datos, se determine un nivel de producción acorde a la realidad de cada cuenca cocalera, he ahí el rol promotor que deben de cumplir las autoridades locales.

Otro de los temas a resolver por el gobierno central, es que FONAFE, inyecte más recursos económicos a ENACO, de tal manera que, ENACO tenga solvencia económica para el acopio total de la producción de coca a nivel de las cuencas cocaleras, acción que, requiere de plena voluntad política del gobierno. A su vez, ENACO tiene que sincerar los precios de la arroba de la Hoja de Coca; es inadmisible que ENACO adquiera la arroba de coca en 45 soles y en el mejor de los casos 60 soles, y luego esta institución la comercialice en el mercado de Huancayo o Lima, en más de 200 soles, lo cual es un enriquecimiento ilícito a costa del trabajo del campesinado cocalero que está dando la cara a la legalidad acopiando su producción.

Pero no es el único error que viene cometiendo ENACO, sino que, sucede que esta empresa monopolista, al momento de comprar al Hoja de Coca del campesinado, en la mayorías de oportunidades la adquiere como Hoja de segunda con un valor promedio de 45 soles, o como hoja de tercera con un costo de 25 soles y para el colmo, te descuenta un kilo por arroba, sumado el 19% de descuento del IGV. Frente a esta situación, es que al campesinado le queda dos caminos, reclamar sus petitorios mediante las protestas en las calles, y en el peor de los casos, vender su producción al mercado ilegal, frente al maltrato que recibe de parte del gobierno de turno.

Por lo expuesto, incido en manifestar que, es de necesidad sincerar la política de precios de la Hoja de Coca, el cual permita contrarrestar la venta de este producto al mercado informal. A su vez, el CORACH debe tener una política clara de erradicación y no estar actuando de manera indiscriminada, por lo que, es menester separar la paja del trigo, es decir, diferenciar entre los campesinos cocaleros que están entregando su producción de Hoja de Coca a ENACO, y de quienes están actuando al margen de la Ley y la formalidad, he ahí el meollo del asunto, la misma que debe de servir para plantear la política de erradicación ante quienes obtienen más de una hectárea de coca, ya que considero que una hectárea (40 arrobas) es suficiente para la sobrevivencia del campesinado, así mismo, creo que otro de los puntos a tomar en consideración al momento de las definiciones de la erradicación y que desde ya, debe ponerse mano dura, es frente aquellos campesinos que, se acogieron al Programa de Desarrollo Alternativo, el cual estipula que, desde el momento en que son integrantes de este programa, no pueden tener ni una sola planta de coca, sin embargo la realidad actual, demuestra que un 90% que están dentro del PDA, a su vez tienen producción de coca y ellos, desde luego deberían ser erradicadas por dos motivos, primero porque están acogidos a un beneficio que prohíbe su producción y segundo porque no se sabe a ciencia cierta a donde es destinado dicho producto que no está siendo entregada a ENACO.

Pero otro motivo del fracaso de la lucha contra el narcotráfico en las cuencas cocaleras, es el pésimo desempeño de los funcionarios del Programa de Desarrollo Alternativo, quienes ingresaron a las cuencas cocaleras prometiendo ganados, plántales de nuevas productos, y hasta apoyos económicos y capacitaciones agrarias, pero a los días presentes, todo ello es una falsía, un engaño total, que en vez de lo prometido inicial, el humilde campesinado ha recibido clavos, palos, alambres de púas, plántales invalorables, en conclusión, un fraude generalizado. En vez de la existencia del PDA, el gobierno debería de impulsar la presencia del banco agrario en la cual, antes de ofrecer tal o cual producto al campesinado, primero debería efectuar el estudio de suelos a fin de certificar que producto podría promoverse, asimismo, dar oportunidad de préstamos a cero intereses, de tal manera que, permita impulsar el desarrollo y creatividad del campesinado, bajo el asesoramiento técnico de ingenieros agro industriales, que muy bien podría brindarlo el banco agrario, antes del desembolso de un préstamo; creo que, ese es el camino para la lucha frontal contra el narcotráfico, el cual tanto daño causa a nuestra niñez y ciudadanía.

Finalmente, el ministerio del interior, debe de poner mano dura ante los varones de la droga, y a su vez, poner en marcha la captura de quienes importan productos de estupefacientes químicos al Perú, y luego lo llevan a las zonas cocaleras, de esa manera, se hará una lucha real y sincera al narcotráfico, claro, si sinceramente se desea combatirla.

Por lo tanto, desde mi punto de vista, la política de Rómulo Pizarro desde hace 6 años, es un fiasco, es un fracaso total, por la cual por dignidad y ética profesional, debería renunciar, ya que, en vez de poner mano dura y tener resultados efectivos, ha demostrado ineficacia y pésimos consecuencias, permitiendo la proliferación de la comercialización de la droga y presencia del narcotráfico; por lo tanto, el concepto errado que, erradicando Hoja de Coca, va desaparecer el narcotráfico, es una ilusión llena de intereses mezquinos.

Sergio Gonzales Apaza

Periodista

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