¿Es razonable la huelga del
campesino cocalero?
Desde dos
semanas atrás, el campesinado cocalero del Alto Huallaga, viene desarrollando
la huelga indefinida, ante la indiscriminada erradicación compulsiva de la Hoja
de Coca, puesto en marcha por el gobierno de turno mediante DEVIDA y el CORACH.
La protesta de los cocaleros, se encuentran dentro de los parámetros de la
justicia y la democracia actual, por las razones que, la lucha contra el
narcotráfico debe ser con férrea decisión, pero no confundirla con el
campesinado que tiene como único sustento su Hoja de Coca, caja chica de
supervivencia.
Rómulo
Pizarro, actual presidente de DEVIDA, a los días presentes, está moldeando una
política errónea de erradicación compulsiva, la que aparentemente permitirá
erradicar el narcotráfico, flagelo duro para el Perú. En realidad, la solución
a este problema no se va resolver con la erradicación definitiva de la Hoja de
Coca, y demostración de ello, es que en seis años que Rómulo Pizarro ha asumido
el cargo de DEVIDA, se han erradicado 14 mil hectáreas de coca del 2004 a los
días actuales; sin embargo, en ese mismo periodo, el incremento de la
producción de Hoja de Coca ha crecido en 23%, es decir, 32 mil hectáreas
nuevas, haciendo un total de 123 mil hectáreas, tal como consta en el informe
del Comité de Fiscalización de las Naciones Unidas. Por lo expuesto, el
concepto que erradicando cocales se va a combatir al narcotráfico, es una falsía
y mentira del presidente de DEVIDA y del gobierno de Alan García.
El combate a
este flagelo del Perú como es el narcotráfico, se va resolver con mecanismo
idóneos de dialogo y elaboración de una Ley de Hoja de Coca, la misma que no
solo legalice la producción, sino que, mediante un empadronamiento y
actualización de datos, se determine un nivel de producción acorde a la
realidad de cada cuenca cocalera, he ahí el rol promotor que deben de cumplir
las autoridades locales.
Otro de los
temas a resolver por el gobierno central, es que FONAFE, inyecte más recursos
económicos a ENACO, de tal manera que, ENACO tenga solvencia económica para el
acopio total de la producción de coca a nivel de las cuencas cocaleras, acción
que, requiere de plena voluntad política del gobierno. A su vez, ENACO tiene
que sincerar los precios de la arroba de la Hoja de Coca; es inadmisible que
ENACO adquiera la arroba de coca en 45 soles y en el mejor de los casos 60
soles, y luego esta institución la comercialice en el mercado de Huancayo o
Lima, en más de 200 soles, lo cual es un enriquecimiento ilícito a costa del
trabajo del campesinado cocalero que está dando la cara a la legalidad
acopiando su producción.
Pero no es el
único error que viene cometiendo ENACO, sino que, sucede que esta empresa
monopolista, al momento de comprar al Hoja de Coca del campesinado, en la
mayorías de oportunidades la adquiere como Hoja de segunda con un valor
promedio de 45 soles, o como hoja de tercera con un costo de 25 soles y para el
colmo, te descuenta un kilo por arroba, sumado el 19% de descuento del IGV.
Frente a esta situación, es que al campesinado le queda dos caminos, reclamar
sus petitorios mediante las protestas en las calles, y en el peor de los casos,
vender su producción al mercado ilegal, frente al maltrato que recibe de parte
del gobierno de turno.
Por lo
expuesto, incido en manifestar que, es de necesidad sincerar la política de
precios de la Hoja de Coca, el cual permita contrarrestar la venta de este
producto al mercado informal. A su vez, el CORACH debe tener una política clara
de erradicación y no estar actuando de manera indiscriminada, por lo que, es
menester separar la paja del trigo, es decir, diferenciar entre los campesinos
cocaleros que están entregando su producción de Hoja de Coca a ENACO, y de
quienes están actuando al margen de la Ley y la formalidad, he ahí el meollo
del asunto, la misma que debe de servir para plantear la política de
erradicación ante quienes obtienen más de una hectárea de coca, ya que
considero que una hectárea (40 arrobas) es suficiente para la sobrevivencia del
campesinado, así mismo, creo que otro de los puntos a tomar en consideración al
momento de las definiciones de la erradicación y que desde ya, debe ponerse
mano dura, es frente aquellos campesinos que, se acogieron al Programa de
Desarrollo Alternativo, el cual estipula que, desde el momento en que son
integrantes de este programa, no pueden tener ni una sola planta de coca, sin
embargo la realidad actual, demuestra que un 90% que están dentro del PDA, a su
vez tienen producción de coca y ellos, desde luego deberían ser erradicadas por
dos motivos, primero porque están acogidos a un beneficio que prohíbe su
producción y segundo porque no se sabe a ciencia cierta a donde es destinado
dicho producto que no está siendo entregada a ENACO.
Pero otro
motivo del fracaso de la lucha contra el narcotráfico en las cuencas cocaleras,
es el pésimo desempeño de los funcionarios del Programa de Desarrollo
Alternativo, quienes ingresaron a las cuencas cocaleras prometiendo ganados,
plántales de nuevas productos, y hasta apoyos económicos y capacitaciones
agrarias, pero a los días presentes, todo ello es una falsía, un engaño total,
que en vez de lo prometido inicial, el humilde campesinado ha recibido clavos,
palos, alambres de púas, plántales invalorables, en conclusión, un fraude
generalizado. En vez de la existencia del PDA, el gobierno debería de impulsar
la presencia del banco agrario en la cual, antes de ofrecer tal o cual producto
al campesinado, primero debería efectuar el estudio de suelos a fin de
certificar que producto podría promoverse, asimismo, dar oportunidad de
préstamos a cero intereses, de tal manera que, permita impulsar el desarrollo y
creatividad del campesinado, bajo el asesoramiento técnico de ingenieros agro
industriales, que muy bien podría brindarlo el banco agrario, antes del
desembolso de un préstamo; creo que, ese es el camino para la lucha frontal
contra el narcotráfico, el cual tanto daño causa a nuestra niñez y ciudadanía.
Finalmente, el
ministerio del interior, debe de poner mano dura ante los varones de la droga,
y a su vez, poner en marcha la captura de quienes importan productos de
estupefacientes químicos al Perú, y luego lo llevan a las zonas cocaleras, de
esa manera, se hará una lucha real y sincera al narcotráfico, claro, si
sinceramente se desea combatirla.
Por lo tanto,
desde mi punto de vista, la política de Rómulo Pizarro desde hace 6 años, es un
fiasco, es un fracaso total, por la cual por dignidad y ética profesional,
debería renunciar, ya que, en vez de poner mano dura y tener resultados
efectivos, ha demostrado ineficacia y pésimos consecuencias, permitiendo la
proliferación de la comercialización de la droga y presencia del narcotráfico;
por lo tanto, el concepto errado que, erradicando Hoja de Coca, va desaparecer
el narcotráfico, es una ilusión llena de intereses mezquinos.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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