Majes-Siguas II, ¿solución o
problema?
El lunes 13 de
Setiembre, el gobierno de Alan García Pérez, junto al ex ministro de
Agricultura, Adolfo de Córdoba, entregaron la buena Pro de la licitación del
proyecto más grande de la región Arequipa, al Consorcio Angostura-Siguas,
proyecto que hoy tiene gustos diferentes, pues los pobladores de Espinar-Cuzco,
creen que es un problema para sus intereses y por otro lado, nosotros los
arequipeños, consideramos que es una solución justa, después de años de lucha,
pero ¿Cuál de las dos regiones está en la razón?
En los últimos
meses, a nivel nacional se ha venido propalando una serie de informaciones en
relación al proyecto Majes-Siguas II, las cuales están fuera del contexto y son
meramente especulaciones, que no hacen más que, mellar la integridad de quienes
estuvimos presentes en las diferentes jornadas de lucha, por la realización del
proyecto en mención, que hoy es una realidad efectuada por el gobierno de
turno, que muy a parte de las divergencias, saludamos el accionar de hacer
realidad un proyecto de envergadura, la que beneficiará a 35 mil pobladores,
con una irrigación promedio de 54 mil hectáreas, y una inversión actual de 450
millones de dólares.
Los
arequipeños hemos tenido que esperar más de 35 años, para que por fin se
concretice este proyecto anhelado, fueron decenas de luchas y jornadas en los
diferentes gobiernos que marcaron sus desinterés por el desarrollo de Arequipa
y del Sur. Recuerdo que, desde 1998-1999, las luchas de la ciudadanía arequipeña,
fue incesante, pues en las calles se demandaba al gobierno dictador de
Fujimori, la realización del proyecto de angostura, lo que fue posteriormente
manipulado en las elecciones generales del 2000. Luego pasamos al gobierno en
transición de Valentín Paniahua en el 2001, en que una vez más los arequipeños
nos pusimos en pie de lucha en reclamo de un derecho justo, pues estas
protestas continuaron en el gobierno de Alejando Toledo, quien prometió
concretizar el proyecto de Majes-Siguas II, pero al concluir su gestión, una
vez más, nos sentimos defraudados, hasta que llegamos al gobierno de Alan
García Pérez en el 2006, este, en plena campaña electoral del 2006, juró hacer
realidad el sueño arequipeño, pues muchos solo escuchábamos un tanto dudosos de
sus palabras, pues Arequipa, no era su colchón electoral y era suficiente
prueba para quedar relegados.
Con el ingreso
del ex ministro arequipeño, Carlos Leyton, quien hasta entonces era el
Vice-presidente regional de Arequipa, muchos percibimos que al fin se haría
realidad, pero no fue así, básicamente porque el pueblo de Espinar, iniciaría a
poner trabas en el camino, pero el 2009, Arequipa una vez más, contaría con un
ministro, siendo en la misma cartera del ministerio de Agricultura, casi una
parte considerable de Arequipa depositó la confianza en él, hago referencia a
Adolfo de Córdoba, quien como ministro ha tenido una serie de desaciertos, y
porque no decir, fracasos en la gestión que llevó a cabo cuando era el
presidente del directorio de Egasa, empresa en Arequipa, pero al margen de
ello, todos guardábamos una esperanza, la ejecución del proyecto de Angostura,
Majes-Siguas II.
Pues hoy,
considero que Adolfo de Córdoba, se ha hecho merecedor al mérito de lealtad
hacia los arequipeños, quizás porque este pueblo valeroso del León del Sur,
supo hacer prevalecer sus derechos en los diferentes gobiernos, hechos
trascendentales que han marcado la historia nacional como la revolución del 50,
el paro del 78 y la gesta de junio del 2002, y claro, la lucha indesmayable por
la realización del proyecto de envergadura para todos los arequipeños, lo cual,
como corolario final, ha tenido la apertura de la buena pro, de la licitación
del proyecto, quedando como ganador el Consorcio Angostura-Siguas, que será otro
tema a desarrollar en adelante, pues hoy lo esencial, es que finalmente se dio
ese paso inicial, que ya es parte del rumbo del desarrollo de Arequipa.
A la par de la
alegría de los arequipeños, ha caminado la melancolía y desesperación de los
ciudadanos de Espinar-Cuzco, empezando el martes 14 de setiembre, con la huelga
indefinida, los mismo que argucia equivocadamente que, de llevarse a cabo este
proyecto, pues Espinar quedaría sin agua, ya que se utilizará los 12 millones
de metros cúbicos de agua, lo cual es totalmente falso y sin fundamento, por
las razones que, el afincamiento del recurso hídrico en la cuenca del
Apurímac-Espinar, contará con 30 millones de metros cúbicos de agua, lo que
significa que, superará largamente lo que hoy reclaman equivocadamente los
hermanos espinarences.
Si bien es
cierto, toda lucha reivindicativa de la población en su conjunto es justa,
porque están haciendo uso de sus derechos en la defensa de sus intereses, lo
cierto es también que, estos reclamos efectuados deben estar enmarcadas dentro
de las líneas de la verdad, protestas que deben estar debidamente fundamentadas
con un nivel de criterio sin caer en el dogmatismo de aquella izquierda
infantil, que considera que toda obra proveniente del Estado es mala. Pues,
desde hace dos años los dirigentes, ingenieros, periodistas y autoridades de
Arequipa, hemos invitado a los espinarences en general, a sostener debates
alturados en relación al punto que está generando discordia entre los dos
pueblos, sin embargo, la respuesta de ellos ha sido de manera ofuscada,
arremetiendo mediante protestas que incido, están en su derecho, las que deben
resolverse con el dialogo y la cordura, y desde ya, rechazamos todo accionar de
represión, de donde esta venga.
Me cuesta
pensar que, detrás de estas protestas en Espinar, estén jugándose otros
intereses, creo y considero que, el pueblo de Espinar-Cuzco, son conscientes
que somos hermanos y encarnamos los mismos sentimientos sociales, pues Arequipa
no es una región que vive en medio de una riqueza y sus habitantes gocen de
todas las necesidades, pues nuestra región tiene 27% de pobreza, y aun no
estamos libres del analfabetismo y el incremento de la desnutrición infantil, y
seguramente, los pobladores de Espinar deben estar en igual o peores condiciones
de vida, por lo que, considero que entre pueblos no debemos marcar una línea
divisoria, sino, trabajar por la unidad y así hacer respetar nuestros derechos
y reclamar a los gobiernos de turno, mas obras y desarrollo.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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