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viernes, 30 de diciembre de 2016

Majes-Siguas II, ¿solución o problema?

Majes-Siguas II, ¿solución o problema?

El lunes 13 de Setiembre, el gobierno de Alan García Pérez, junto al ex ministro de Agricultura, Adolfo de Córdoba, entregaron la buena Pro de la licitación del proyecto más grande de la región Arequipa, al Consorcio Angostura-Siguas, proyecto que hoy tiene gustos diferentes, pues los pobladores de Espinar-Cuzco, creen que es un problema para sus intereses y por otro lado, nosotros los arequipeños, consideramos que es una solución justa, después de años de lucha, pero ¿Cuál de las dos regiones está en la razón?

En los últimos meses, a nivel nacional se ha venido propalando una serie de informaciones en relación al proyecto Majes-Siguas II, las cuales están fuera del contexto y son meramente especulaciones, que no hacen más que, mellar la integridad de quienes estuvimos presentes en las diferentes jornadas de lucha, por la realización del proyecto en mención, que hoy es una realidad efectuada por el gobierno de turno, que muy a parte de las divergencias, saludamos el accionar de hacer realidad un proyecto de envergadura, la que beneficiará a 35 mil pobladores, con una irrigación promedio de 54 mil hectáreas, y una inversión actual de 450 millones de dólares.

Los arequipeños hemos tenido que esperar más de 35 años, para que por fin se concretice este proyecto anhelado, fueron decenas de luchas y jornadas en los diferentes gobiernos que marcaron sus desinterés por el desarrollo de Arequipa y del Sur. Recuerdo que, desde 1998-1999, las luchas de la ciudadanía arequipeña, fue incesante, pues en las calles se demandaba al gobierno dictador de Fujimori, la realización del proyecto de angostura, lo que fue posteriormente manipulado en las elecciones generales del 2000. Luego pasamos al gobierno en transición de Valentín Paniahua en el 2001, en que una vez más los arequipeños nos pusimos en pie de lucha en reclamo de un derecho justo, pues estas protestas continuaron en el gobierno de Alejando Toledo, quien prometió concretizar el proyecto de Majes-Siguas II, pero al concluir su gestión, una vez más, nos sentimos defraudados, hasta que llegamos al gobierno de Alan García Pérez en el 2006, este, en plena campaña electoral del 2006, juró hacer realidad el sueño arequipeño, pues muchos solo escuchábamos un tanto dudosos de sus palabras, pues Arequipa, no era su colchón electoral y era suficiente prueba para quedar relegados.

Con el ingreso del ex ministro arequipeño, Carlos Leyton, quien hasta entonces era el Vice-presidente regional de Arequipa, muchos percibimos que al fin se haría realidad, pero no fue así, básicamente porque el pueblo de Espinar, iniciaría a poner trabas en el camino, pero el 2009, Arequipa una vez más, contaría con un ministro, siendo en la misma cartera del ministerio de Agricultura, casi una parte considerable de Arequipa depositó la confianza en él, hago referencia a Adolfo de Córdoba, quien como ministro ha tenido una serie de desaciertos, y porque no decir, fracasos en la gestión que llevó a cabo cuando era el presidente del directorio de Egasa, empresa en Arequipa, pero al margen de ello, todos guardábamos una esperanza, la ejecución del proyecto de Angostura, Majes-Siguas II.

Pues hoy, considero que Adolfo de Córdoba, se ha hecho merecedor al mérito de lealtad hacia los arequipeños, quizás porque este pueblo valeroso del León del Sur, supo hacer prevalecer sus derechos en los diferentes gobiernos, hechos trascendentales que han marcado la historia nacional como la revolución del 50, el paro del 78 y la gesta de junio del 2002, y claro, la lucha indesmayable por la realización del proyecto de envergadura para todos los arequipeños, lo cual, como corolario final, ha tenido la apertura de la buena pro, de la licitación del proyecto, quedando como ganador el Consorcio Angostura-Siguas, que será otro tema a desarrollar en adelante, pues hoy lo esencial, es que finalmente se dio ese paso inicial, que ya es parte del rumbo del desarrollo de Arequipa.

A la par de la alegría de los arequipeños, ha caminado la melancolía y desesperación de los ciudadanos de Espinar-Cuzco, empezando el martes 14 de setiembre, con la huelga indefinida, los mismo que argucia equivocadamente que, de llevarse a cabo este proyecto, pues Espinar quedaría sin agua, ya que se utilizará los 12 millones de metros cúbicos de agua, lo cual es totalmente falso y sin fundamento, por las razones que, el afincamiento del recurso hídrico en la cuenca del Apurímac-Espinar, contará con 30 millones de metros cúbicos de agua, lo que significa que, superará largamente lo que hoy reclaman equivocadamente los hermanos espinarences.

Si bien es cierto, toda lucha reivindicativa de la población en su conjunto es justa, porque están haciendo uso de sus derechos en la defensa de sus intereses, lo cierto es también que, estos reclamos efectuados deben estar enmarcadas dentro de las líneas de la verdad, protestas que deben estar debidamente fundamentadas con un nivel de criterio sin caer en el dogmatismo de aquella izquierda infantil, que considera que toda obra proveniente del Estado es mala. Pues, desde hace dos años los dirigentes, ingenieros, periodistas y autoridades de Arequipa, hemos invitado a los espinarences en general, a sostener debates alturados en relación al punto que está generando discordia entre los dos pueblos, sin embargo, la respuesta de ellos ha sido de manera ofuscada, arremetiendo mediante protestas que incido, están en su derecho, las que deben resolverse con el dialogo y la cordura, y desde ya, rechazamos todo accionar de represión, de donde esta venga.

Me cuesta pensar que, detrás de estas protestas en Espinar, estén jugándose otros intereses, creo y considero que, el pueblo de Espinar-Cuzco, son conscientes que somos hermanos y encarnamos los mismos sentimientos sociales, pues Arequipa no es una región que vive en medio de una riqueza y sus habitantes gocen de todas las necesidades, pues nuestra región tiene 27% de pobreza, y aun no estamos libres del analfabetismo y el incremento de la desnutrición infantil, y seguramente, los pobladores de Espinar deben estar en igual o peores condiciones de vida, por lo que, considero que entre pueblos no debemos marcar una línea divisoria, sino, trabajar por la unidad y así hacer respetar nuestros derechos y reclamar a los gobiernos de turno, mas obras y desarrollo.

Sergio Gonzales Apaza

Periodista

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