¿Las organizaciones sociales
deben participar de las elecciones presidenciales?
Transcurridas
las elecciones Municipales-Regionales, al interior de las organizaciones
sociales-populares se ha aperturado un nuevo debate, el mismo que viene
generando algunas fragmentaciones gremiales, dado que existe un sector social
que desafían con participar de la coyuntura electoral, en tanto que otro grupo
se opone, lógicamente cada uno guarda sus parámetros de cálculos políticos
personales.
Precisamente
el sábado último, se llevó a cabo el Encuentro Nacional de los Frentes de
Defensa de los Pueblos del Perú, contando con la presencia de más de 9 regiones,
de modo que nació el paralelismo a la UFRED (Unión de Frentes de Defensas)
controlado por los tentáculos de Patria Roja. En dicho evento se formaron tres
mesas de trabajo, siendo la primera en estructurar un frente nacional contra
las concesiones, plantear una nueva Constitución y finalmente, el tema que
estremeció a más de uno, la participación de la coyuntura electoral
presidencial 2011.
En relación a
los dos puntos iniciales no hubo mayores inconvenientes, toda vez que se
trataba de temas de reivindicación social. El desenlace del encuentro devino
cuando se planteó la participación de los Frentes de Defensa en las próximas
contiendas electorales presidenciales, conllevando a debates acalorados por
momentos como sucede naturalmente en el seno de las organizaciones sociales.
Respectando la
posición y definiciones de cada individuo y sector (De quienes desean y no
participar de las elecciones), considero que es mezquino e inoportuno señalar
que no se debe de participar de dichas contiendas políticas, en el contexto que
si se plantea una nueva Constitución y la no privatización de las empresas,
estas propuestas guardan relación con las proposiciones de dos candidatos
presidenciales definidos y posicionados política e ideológicamente, me refiero
a Ollanta Humala Tasso y el padre Marco Arana, quienes tienen criterios más
allá de una mera Constitución, la que lleva a visionar la esencia de los
problemas, es decir, el cambio del modelo económico neoliberal.
He logrado
escuchar y leer los planteamientos de algunos dirigentes, y u sostienen que
participar de las contiendas electorales es oportunismo y arribismo, lo cual,
considero que es una postura anárquica y estancados en el anacrónico pasado de
los 60 – 80, por las razones consiguientes.
Es bien cierto
que el año del 2000, el nivel de protestas a nivel nacional alcanzaba
anualmente 5 incidentes, sin embargo a los días presentes este descontento
social se ha acrecentado a 208 anuales tal como lo ha dado a conocer en su
informe anual 2010 la Defensoría del Pueblo. Dicho panorama no quiere dar a
entender que la población haya asumido un rol preponderante ante los asuntos
políticos nacionales, sostener tal conclusión demostraría que los dirigentes no
están siendo lo más sensato y certero en el análisis dialectico, donde hay que
saber analizar, platear y comprender las contradicciones antagónicas y no
antagónicas, para lo cual deben de asumir consciencia y posición de clase en
concordancia a las relaciones de producción.
Por otro lado,
es anacrónico y anarquista, en la medida que no estamos en las condiciones
sociales de los 60-80, donde se planteaba la abolición del Estado como objetivo
concreto, hoy estamos frente a un nuevo escenario político y social, donde el
sistema capitalista ha profundizado sus políticas mediante en modelo económico
neoliberal, toda vez que, a nivel internacional la hegemonía estadounidense aun
es preponderante a pesar de las crisis económicas que remecieron su economía el
2007-2008, lo cual demostró la vigencia de la lucha de clases en medio de un
remolino económico financiero y productivo.
Otro de los
factores de las cuales sostengo que si es viable la participación de las
cuestiones electorales, es como consecuencia que en las elecciones
Municipales-Regionales del 03 de Octubre, se vivió la participación de varios
dirigentes sociales – populares, algunos como candidatos directos, en tanto que
otros como amigos de campaña. Pero esta actitud de quienes se encuentran
actualmente como dirigentes sociales en la que algunos han participado y otros
se han puesto al mismo, a decir verdad, son frutos de las escuelas políticas
partidarias de antaño, en la que eran formados mediante charlas,
capacitaciones, escuelas políticas, e incluso, muchos de ellos eran enviados a
otros países para capacitarse; lógicamente, existe otro sector popular
dirigencial que no ha tenido la oportunidad de venir de esas escuelas, por lo
que muchos de ellos caen en el caudillismo y pragmatismo sindicalista.
Producto de
dicho escenario, hoy en día las organizaciones están eminentemente politizadas,
ejemplo, tenemos a la central sindical de la CGTP y el SUTEP, gremios que están
en la dirección del PCP-U y el PC del P patria roja respectivamente, asimismo,
Construcción Civil y Salud en manos disputadas por los militantes del Partido
Aprista (APRA) y del PCP-U., o, como puede explicar en el sector de los
trabajadores del Poder Judiciales disputa por los miembros del APRA, PPC y
militantes de la vieja izquierda, conocidos como la izquierda caviar; otro de
los sectores politizados partidariamente es la SNI, CONFIED, ADEX, CONVEAGRO,
pugnada por los tecnócratas del PPC, APRA, Acción Popular, y así la cadena de
ejemplos puede continuar. Por lo tanto, antes que inicie el partido electoral,
cada sector gremial tiene su propio candidato, la diferencia está en que
algunos brindan su respaldo públicamente, en tanto otros prefieren hacerlo de
manera discreta.
Consiguientemente,
es de vital incidencia analizar meticulosamente la definición de participar de
las contiendas electorales, más aun cuando se trata de una elección
presidencial donde claramente está demostrado que los candidatos han puesto al
descubierto su perfil político, ideológico y económico, de una lado quienes
quieren y propugnan por sostener el actual modelo económico neoliberal, en
relación a dos candidatos presidenciales (Ollanta Humala y Marco Arana)
plantean el cambio de este modelo económico imperante, por uno nuevo, bajo una
política economía social de mercado con inclusión social. Es contraproducente
decir no a las elecciones, pero por otro lado plantean nueva Constitución, he
ahí un error de los sectores apuestos a la coyuntura política electoral, de
modo que, afirma posturas reformistas anacrónicas de los 90. La convicción más
prudente y precisa, es plantear la convocatoria a la Asamblea Constituyente,
siendo lo acertado a fin de desbaratar el sostén del modelo económico
neoliberal y la constitución política impuesta por el gobierno dictador de
Alberto Fujimori, tentáculos del sistema capitalista.
Sergio Gonzales Apaza
Periodista
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