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viernes, 30 de diciembre de 2016

¿Las organizaciones sociales deben participar de las elecciones presidenciales?

¿Las organizaciones sociales deben participar de las elecciones presidenciales?

Transcurridas las elecciones Municipales-Regionales, al interior de las organizaciones sociales-populares se ha aperturado un nuevo debate, el mismo que viene generando algunas fragmentaciones gremiales, dado que existe un sector social que desafían con participar de la coyuntura electoral, en tanto que otro grupo se opone, lógicamente cada uno guarda sus parámetros de cálculos políticos personales.

Precisamente el sábado último, se llevó a cabo el Encuentro Nacional de los Frentes de Defensa de los Pueblos del Perú, contando con la presencia de más de 9 regiones, de modo que nació el paralelismo a la UFRED (Unión de Frentes de Defensas) controlado por los tentáculos de Patria Roja. En dicho evento se formaron tres mesas de trabajo, siendo la primera en estructurar un frente nacional contra las concesiones, plantear una nueva Constitución y finalmente, el tema que estremeció a más de uno, la participación de la coyuntura electoral presidencial 2011.

En relación a los dos puntos iniciales no hubo mayores inconvenientes, toda vez que se trataba de temas de reivindicación social. El desenlace del encuentro devino cuando se planteó la participación de los Frentes de Defensa en las próximas contiendas electorales presidenciales, conllevando a debates acalorados por momentos como sucede naturalmente en el seno de las organizaciones sociales.

Respectando la posición y definiciones de cada individuo y sector (De quienes desean y no participar de las elecciones), considero que es mezquino e inoportuno señalar que no se debe de participar de dichas contiendas políticas, en el contexto que si se plantea una nueva Constitución y la no privatización de las empresas, estas propuestas guardan relación con las proposiciones de dos candidatos presidenciales definidos y posicionados política e ideológicamente, me refiero a Ollanta Humala Tasso y el padre Marco Arana, quienes tienen criterios más allá de una mera Constitución, la que lleva a visionar la esencia de los problemas, es decir, el cambio del modelo económico neoliberal.

He logrado escuchar y leer los planteamientos de algunos dirigentes, y u sostienen que participar de las contiendas electorales es oportunismo y arribismo, lo cual, considero que es una postura anárquica y estancados en el anacrónico pasado de los 60 – 80, por las razones consiguientes.

Es bien cierto que el año del 2000, el nivel de protestas a nivel nacional alcanzaba anualmente 5 incidentes, sin embargo a los días presentes este descontento social se ha acrecentado a 208 anuales tal como lo ha dado a conocer en su informe anual 2010 la Defensoría del Pueblo. Dicho panorama no quiere dar a entender que la población haya asumido un rol preponderante ante los asuntos políticos nacionales, sostener tal conclusión demostraría que los dirigentes no están siendo lo más sensato y certero en el análisis dialectico, donde hay que saber analizar, platear y comprender las contradicciones antagónicas y no antagónicas, para lo cual deben de asumir consciencia y posición de clase en concordancia a las relaciones de producción.

Por otro lado, es anacrónico y anarquista, en la medida que no estamos en las condiciones sociales de los 60-80, donde se planteaba la abolición del Estado como objetivo concreto, hoy estamos frente a un nuevo escenario político y social, donde el sistema capitalista ha profundizado sus políticas mediante en modelo económico neoliberal, toda vez que, a nivel internacional la hegemonía estadounidense aun es preponderante a pesar de las crisis económicas que remecieron su economía el 2007-2008, lo cual demostró la vigencia de la lucha de clases en medio de un remolino económico financiero y productivo.

Otro de los factores de las cuales sostengo que si es viable la participación de las cuestiones electorales, es como consecuencia que en las elecciones Municipales-Regionales del 03 de Octubre, se vivió la participación de varios dirigentes sociales – populares, algunos como candidatos directos, en tanto que otros como amigos de campaña. Pero esta actitud de quienes se encuentran actualmente como dirigentes sociales en la que algunos han participado y otros se han puesto al mismo, a decir verdad, son frutos de las escuelas políticas partidarias de antaño, en la que eran formados mediante charlas, capacitaciones, escuelas políticas, e incluso, muchos de ellos eran enviados a otros países para capacitarse; lógicamente, existe otro sector popular dirigencial que no ha tenido la oportunidad de venir de esas escuelas, por lo que muchos de ellos caen en el caudillismo y pragmatismo sindicalista.

Producto de dicho escenario, hoy en día las organizaciones están eminentemente politizadas, ejemplo, tenemos a la central sindical de la CGTP y el SUTEP, gremios que están en la dirección del PCP-U y el PC del P patria roja respectivamente, asimismo, Construcción Civil y Salud en manos disputadas por los militantes del Partido Aprista (APRA) y del PCP-U., o, como puede explicar en el sector de los trabajadores del Poder Judiciales disputa por los miembros del APRA, PPC y militantes de la vieja izquierda, conocidos como la izquierda caviar; otro de los sectores politizados partidariamente es la SNI, CONFIED, ADEX, CONVEAGRO, pugnada por los tecnócratas del PPC, APRA, Acción Popular, y así la cadena de ejemplos puede continuar. Por lo tanto, antes que inicie el partido electoral, cada sector gremial tiene su propio candidato, la diferencia está en que algunos brindan su respaldo públicamente, en tanto otros prefieren hacerlo de manera discreta.

Consiguientemente, es de vital incidencia analizar meticulosamente la definición de participar de las contiendas electorales, más aun cuando se trata de una elección presidencial donde claramente está demostrado que los candidatos han puesto al descubierto su perfil político, ideológico y económico, de una lado quienes quieren y propugnan por sostener el actual modelo económico neoliberal, en relación a dos candidatos presidenciales (Ollanta Humala y Marco Arana) plantean el cambio de este modelo económico imperante, por uno nuevo, bajo una política economía social de mercado con inclusión social. Es contraproducente decir no a las elecciones, pero por otro lado plantean nueva Constitución, he ahí un error de los sectores apuestos a la coyuntura política electoral, de modo que, afirma posturas reformistas anacrónicas de los 90. La convicción más prudente y precisa, es plantear la convocatoria a la Asamblea Constituyente, siendo lo acertado a fin de desbaratar el sostén del modelo económico neoliberal y la constitución política impuesta por el gobierno dictador de Alberto Fujimori, tentáculos del sistema capitalista.

Sergio Gonzales Apaza

Periodista

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